São Paulo, Brasil
En 1998, Selma Manduca, actual coordinadora nacional del Proyecto GAP Brasil, y su madre, Sonia, adquirieron a Serginho, un bebé chimpancé, y tenían planes de tenerlo como mascota. La idea errónea de tener un chimpancé como mascota fue rápidamente reconocida y el problema del maltrato hizo que se involucraran en la causa y se dedicaran a la lucha por los derechos de los grandes simios, montando un santuario.
Las instalaciones del Santuario Vargem Grande Paulista cuentan con un área interna de aproximadamente 300m2 con dormitorios, comedores, recodos y corredores de seguridad, además de una amplia área exterior para juegos, ejercicios y socialización. Como hay pocos chimpancés, es posible realizar labores de socialización y tener un contacto muy cercano y personal con cada huésped. Estos chimpancés son muy humanizados, ya que todos vienen de circos, y les encanta ver la televisión, sobre todo los días de lluvia.