Llegó al Santuario con una discapacidad física que nunca se explicó oficialmente. Perdió el brazo izquierdo cuando era muy joven, en el centro de cría donde nació, en Paraná. Se desconoce la causa de la mutilación, pero la infección fue tan grave que hubo que amputárselo.
Como consecuencia, Vitor perdió su valor como mercancía y fue vendido a un circo como si fuera una pieza de exhibición, compensando con el descuento los daños causados por la exhibición. Su rostro valiente y sus modales rudos eran una fachada para ahuyentar a los extraños, y ocultaban un corazón blando. Recibía a sus amigos con una gran sonrisa.
Falleció en 2012.