Llegó al Santuario en 2008, cuando el Ibama (Instituto Ambiental de Brasil) rescató todos los animales del Circo Le Cirque, en Brasilia.
Era mantenido junto con otro chimpancé, Jeber, en un remolque precario de tamaño ínfimo, en medio de heces y restos de comida.
En el circo fue castrado y le arrancaron todos los dientes. Era obediente y más sociable que Jeber y le gustaba mucho jugar y observar el lago y el bosque que estaban cerca de su recinto.
Vivió muy bien con su compañero Jeber durante 13 años en el santuario. Estaban muy unidos entre sí y siempre se defendían mutuamente cuando se sentían amenazados.
Murió el 24 de mayo de 2021.