Simón, cariñosamente llamado Sam, llegó al santuario brasileño procedente del Zoo Artis de Ámsterdam, en los Países Bajos. Fue trasladado al Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, SP, en 2004, junto con su compañero Rakker, que tenía más dificultades de integración en el zoológico.
Simón era un poco inquieto, desconfiado y muy temperamental, y a veces prefería mantenerse más reservado. Sin embargo, le encantaba jugar a correr cuando estaba de buen humor. Durante los 20 años que vivió en el Santuario, compartía su rutina con Rakker y un poco con la hembra Francis. Se llevaba muy bien con ambos y respetaba los traumas de Rakker, siendo muy bueno con él. Era muy admirado por Francis, quien siempre estaba detrás de él.
Murió el 2 de octobre de 2024.