In Memoriam 🙏🏻
Llegó a la casa de Selma y Sonia, propietarias del santuario, cuando tenía ocho meses, y vivió allí hasta los cinco años. Fue el responsable de abrir los ojos y los corazones de los propietarios a la causa de los grandes simios, inspirando la creación del Santuario. Cuando se fue a vivir al recinto de los chimpancés, tardó un tiempo en acostumbrarse, porque pensaba que era humano. Por eso adaptó colchones en las camas, un televisor frente a su dormitorio y sus juguetes y libros de cuentos siempre a mano.