Llegó al Santuario en 2004, procedente del ex Circo García. Es fácil llevarse bien con los humanos y, especialmente, con otros chimpancés. Es un chimpancé fuerte y esbelto, muy inteligente, curioso, activo y siempre está interesado en el movimiento de los manejadores a su alrededor. Le encanta el agua de coco, comienza a gritar cuando ve los cocos y rápidamente abre la cáscara para beber el agua. Vive con la chimpancé Mónica, una hembra muy dominante y fuerte, pero se respetan y saben mantener un poco de distancia cuando uno está más nervioso que el otro.