Hijo de Pedro y Táta, que llegó embarazada al santuario. El hermano mayor de Miguel y Milán. Es sumamente cariñoso, sociable y juguetón. A Marcelino le gusta hacer nidos cortando la manta en varios pedazos y observando a los otros chimpancés moverse en la canasta en el techo de la casa. Es muy activo, siempre está atento, pero a la vez es muy tranquilo. Necesitaba ser apartado de su grupo familiar, porque al hacerse mayor empezó a disputarle el dominio a su padre. Marcelino necesitaba compañía y así llegó Cecília Argentina. Los dos se fueron acercando lentamente y pronto fueron compatibles e interesados. Esto proporcionó a Cecília Argentina una adaptación más rápida y una vida más feliz para los dos, que conviven en armonía. Santuario de los Grandes Simios de Sorocaba.