Hembra cautiva. Vivió la mayor parte de su infancia en un zoológico en Lisboa, Portugal. Cuando era adolescente, fue trasladada a un zoológico en Brasil y el 25 de mayo de 2010, Leila llegó a Anami junto con Tota, su “madre” adoptiva. Era extremadamente agresiva con todos en el equipo, golpeando las barras con fuerza y no aceptando la presencia de humanos. Con los años, aprendió a confiar en sus cuidadores y se dio cuenta de que no representaban ningún tipo de amenaza. Hoy vive en armonía con otros tres chimpancés, interactuando con todos como si siempre hubiera sido parte del grupo. Cuando está contento con un objeto de enriquecimiento, corre a abrazar a Tota y Caíque.