Vivió solo durante más de 10 años en un pequeño recinto en ZOONIT, en Niterói. Jimmy llegó al santuario en 2011, luego de un arresto por parte del IBAMA por el retiro de todos los animales debido a las condiciones de maltrato a las que estaban siendo sometidos los animales en el zoológico. El lugar no pudo cuidar a los animales y poco después se abrió una investigación contra el zoológico por sospecha de tráfico internacional de animales. A pesar de todos los años que pasó aislado de convivir con otros chimpancés, Jimmy es muy sociable y en el Santuario demostró ser un extraordinario padre adoptivo y convive muy bien con los hijos de Samanta – Sofia, Sara, Suzi y César -, teniendo muchos paciencia para cuidarlos a todos. Es muy cariñoso, tranquilo, testarudo, decidido y le encanta darse un baño con manguera.