Ella pasó su infancia en el Circo di Napoli, en Brasil. Fue rescatada por la justicia debido a maltratos y falta de documentación legal y transferida al Santuario. Sin embargo, con un giro en el proceso judicial, se determinó que Dolores regresara al zoológico Beto Carrero World, que era su «dueño» legalmente.
Después de que finalizó el proceso en 2005, Dolores fue enviada de manera definitiva al Santuario y llegó gravemente debilitada, con salud frágil y problemas respiratorios.
A pesar de todos los maltratos que sufrió y de cargar traumas a lo largo de su vida, Dolores es muy sociable y se lleva bien en grupo y con machos. Es un poco torpe, pero al mismo tiempo es cariñosa con las personas en las que confía y adora acicalar. Vivió en armonía con Black hasta su muerte, y actualmente comparte el recinto con Emilio, quien la quiere mucho.