Charlie

Fue capturado en el bosque a una edad muy temprana. Se cree que fue arrebatado de su madre por traficantes, tirando de sus piernas, ya que tiene una condición física llamada luxación coxofemoral bilateral. Esta condición crónica evolucionó hacia una atrofia significativa de ambas extremidades pélvicas y dificultad para caminar. Debido a esto, caminaba usando solo sus brazos. Charlie pasó toda su infancia en un precario zoológico en el Líbano en un recinto muy pequeño, siendo obligado a tomar fotografías con los visitantes. Tras denuncias de malos tratos, fue rescatado por una ONG que lo envió a Anami. El 11 de julio de 2014, tras un largo viaje de tres días, llegó a Brasil muy delgado y desnutrido. Durante el período de cuarentena -el tiempo de aislamiento exigido por las agencias ambientales para cualquier animal que venga de fuera del país- se realizaron algunas pruebas, como una radiografía, donde se encontró una luxación, además de artrosis en los hombros, por sobrecarga peso durante la locomoción. En el santuario recibió tratamientos veterinarios como sesiones de fisioterapia en sus piernas. Para 2015, ya caminaba como un chimpancé, usando las cuatro extremidades. Debido a que fue muy humanizado y vivió aislado de otros chimpancés a lo largo de su vida, solo acepta interactuar con sus cuidadores. Charlie es muy inteligente y tolerante.