Llegó al Santuario en 2004. Vivió y trabajó en el Circo Vitória durante 20 años, donde se presentaba haciendo ejercicios físicos (culturismo). Por este motivo, tenía una estructura corporal diferente a la de otros chimpancés, ya que desarrolló músculos que no están tan bien definidos en un chimpancé normal.
Aún en el circo, le arrancaron todos los dientes, un hecho que probablemente lo traumatizó por el resto de su vida – se aterrorizaba cuando veía una sola gota de sangre. Debido a algún otro trauma que sufrió en el circo, Alex también tenía miedo a las mantas y por eso solo hacía nidos con edredones especiales que le daban.
A pesar de los diversos traumas debido a los malos tratos que sufrió en el circo, Alex era un chimpancé muy dócil y sociable y vivió muy feliz durante los 17 años que residió en el Santuario, especialmente con su compañera Jamaica.
Alex falleció en 2021.