SANTUARIO DE SOROCABA
Sabíamos que estaba proximo. Estabamos acompañando a Samantha dia a dia, en los ultimos dias de hora en hora. El calostro comenzó a salir de sus pechos, y ella procuraba privacidad de los otros chimpancés, y solo se sentía segura cuando Guga estaba cerca.
El 28 de Abril, bien temprano, recibí una llamada telefónica de Wilson Costa, Administrador del Santuario, el bebe había nacido tal vez una o dos horas antes. Samantha no lo tocaba. El entró con ella, para envolver el bebe en paños, pero Samantha no gustó. El salió. Pasaron las horas y ella no tocaba el bebe, que estaba metido entre los paños. Yo decidí ir al Santuario, ya que estaba trabajando en S. Paulo. Cuando llegué a las 2 de la tarde, la situación era critica. El bebe ya había nacido 8 horas atrás y ella no lo había tocado. El lloraba de vez en cuando y ella lo cargaba junto con todos los paños de un lugar al otro del dormitorio. Yo entré con ella, que me abrazó, intenté llegar cerca del bebe, y ella lo agarraba junto con los paños antes que yo llegase. Abrí todos los compartimientos hasta el corredor. Le hablé, le mostré que debía agarrar al bebe y darle de mamar. Ella me ignoraba. Con 10 años, era muy joven para entender lo que estaba sucediendo, ni qué hacer cuando el bebe lloraba.
La placenta y el cordón umbilical todavía colgaban del bebe. Intentamos dar un calmante a ella, pero se puso mas agitada. Ya eran 10 horas del nacimiento, y el bebe se estaba deshidratando rapidamente y pronto podría morir. Ahí tomé la unica decisión que restaba, después de consultar con Marco Schwarz, que ya había criado mas de 10 bebes, era retirar el bebe de ella.
Para evitar anestesiarla, abrimos todas las puertas, y cuando ella entró en un dormitorio, conseguimos agarrar el bebe – y ahí descubrimos que era hembra – y llevarla a nuestra clinica. La Dra. Camila lo reconoció, cortó el cordón umbilical y lo abrigó para que recuperase la temperatura que estaba peligrosamente debajo de 34ºC.
Mientras esto sucedía, los otros chimpancés del grupo, desde las ventanas de vidrio, acompañaban los acontecimientos, y en especial Guga, que estaba incentivando a la madre para que tomase cuenta de su primera hija.
Sofia es el nombre de ella. Nació con 1.6 kilos, con todos los pelos y bien alerta. Comenzamos a dar biberones de dos en dos horas de inmediato. Sofia ahora tiene un tratamiento de primera clase, con niñera permanente y varias tias alrededor. Hacía ya varios años que no criabamos de nuevo un chimpancé en el Santuario. Regresamos a comprar pañales, leche especial NAN, ropa de bebe, etc. La casa del Santuario se convirtió en un “nursery”. Ya pasaron 2 semanas, Guga y Samantha ya vieron de cerca da Sofia. Guga se muestra mas interesado que la madre. Por ahora. Ya está mamando entre 50 ml y 60 ml de leche cada dos horas. Las primeras imágenes de mi nieta no humana, la hija de Guga y Samantha, y la nieta de su abuela Ditty, aquí estan para todos contemplar.