Le habia pedido a Samantha repetidamente que aguardase por mi. Ella estaba cargando un hijo grande, en una barriga enorme, que convertia en penoso sus últimos dias. Sofia la acompañaba para todo los lados, se negaba a ir a jugar con sus hermanas – Sara y Suzi – en el recinto al lado, donde se quedaban con Jimmy, que fungia de padre adoptivo. Ella no quería perderse el momento divino de ver el nacimiento de el …
El lunes, 9 de Diciembre, antes de abandonar el Santuario, para regresar a mis tres dias de trabajo en S. Paulo, la fui a ver. Estaba acostada encima de una frazada, con la barriga y piernas para arriba. Así se sentia mejor. Temprano ya había percibido unas leves contracciones en su abdomen. Nuestra veterinaria, Dra. Camila, me dijo que estaba ya muy cerca el día de la llegada de él … Ya no creia en esas previsiones, algunas falsas alarmas nos habían sorprendido. Sin embargo, las mujeres son más sensibles que nosotros, para apreciar estos momentos. Le pedi a Samantha – como si ella pudiese atenderme – que no me hiciese regresar corriendo al día siguiente, ella me dió un sonriso, como diciendome: «va tranquilo.»
Martes, 7:30 AM, una llamada telefonica de la tratadora Meire, me agarró frente al computador en la Interlab. Ya sabía … el estaba llegando. En 10 minutos, en una mañana lluviosa, estaba disputando con miles de carros, motos y todo tipo de vehiculos, mi camino hacia Sorocaba. Cuando llueve en S. Paulo, nada funciona, era un infierno. Accidentes, hileras de carros que poco se movian, hasta conseguir llegar a la carretera Castello Branco que nos llevaria, ahi bien más rapido al Santuario. En una hora y media ya estaba en la puerta del mismo.
El cuadro era igual a los ultimos 3 partos, sangre por todo los lados, el bebe envuelto en TNT (tejido no tejido), con la placenta colgando del cordón umbilical. Ella no lo agarraba, y no dejaba que nadie – ni yo – lo hiciese. Ya sabia que la historia se repetia y tendriamos que agarrarlo, para cortar la placenta, hacer el ombligo, calentarlo y ayudarlo a sobrevivir. De vez en cuando ella lo examinaba, ya percibiendo que era el … despues de tres partos de ellas … Pero, no lo colocaba junto a su pecho, como es habitual en todas las madres chimpancés, que nunca lo dejan abandonados en el suelo.
Tuvimos que engañarla, para que ella fuese a otro cuarto. Sofia desde otro lado, observaba la situación. Jimmy, que ya sabia lo que sucedia, había llevado a las dos bebes para lejos, para evitar que interfiriesen. En un descuido, o quizas ya cansada de algunas horas de ese juego, que ya ella sabía el desenlace, aislamos el bebe, y lo llevamos para la clinica del Santuario.
Sofia entró más tarde en el cuarto con la madre, le hizo un reconocimiento general, le hizo una caricia, tal vez como un consuelo, sabiendo que su hermano estaba seguro.
CESAR es un chimpancé incomum, grande, alerta, que ya reclama con gritos adultos de OU … OU … cuando le curan el ombligo o le cambian los pañales. Ya toma 25 ml de leche NAN, y reclama en alto y buen sonido cuando demoran en alimentarlo. El último Cesar que conocimos fue de la más reciente película del Planeta de los Simios: El Origen, también criado por humanos, y que terminó rompiendo la barrera del silencio, diciendo NO contra los malditos humanos que torturaban a sus hermanos y los exhibian en un zoológico para humillarlos. César pronunció una palabra y rompió la barrera de su especie, exigiendo que sus iguales fuesen tratados con humanidad, así como respetados. Este nuevo César, de cuerpo y personalidad fuertes, tal vez sea el Libertador de sus iguales que todavia claman en el desierto de la incomprensión por los derechos que le han sido conculcados.
Por eso, escogimos ese nombre, para recordarle a los humanos que chimpancés son nuestros hermanos, y serán capaces, de una forma otra, de hacerse escuchar en este Planeta. Este Cesar que quizás se aproxime al limiar de este siglo, consiga, con su fuerza de espiritu, hacer valer sus derechos en la sociedad humana que no lo acepta como hermano. Creemos que él no va a precisar que nosotros hablemos por él, como hacemos hoy, su presencia y tal vez hasta su voz sea capaz de reclamar por Justicia, y que las nuevas generaciones lo escuchen.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
QUIÉN ES EL PADRE? Dificil de decir en este momento. En la democracia sexual que las nuevas generaciones de chimpancés cautivos practican, en que el macho alfa no le da importancia a la fidelidad, puede ser cualquiera de los 3 machos que viven en el grupo. Nos inclinamos a dos candidatos: Emilio, por la apariencia del bebe, pero también puede ser Billy, el más joven, porque él – como su probable hijo – casi balbucea palabras, cuando se quiere hacer escuchar.