VITOR: UN VERDADERO SOBREVIVIENTE
publicado en 22 Abr 2009

SANTUARIO DE SOROCABA

VITOR: UN VERDADERO SOBREVIVIENTE

Vitor nació en el Criatorio Comercial de Morrete, en el Estado de Parana (sur del Brasil), casi 10 años atrás, hijo de Lulu y Flint; su brazo izquierdo sufrió heridas por una disputa entre su madre y otra hembra que vivía junto. A los cinco días de su nacimiento, pesando 1,72 kg, Vitor fue anestesiado en una sala de cirugia del Hospital Pequeño Principe, en la ciudad de Curitiba, centro especializado en el tratamiento de bebes humanos.

Su brazo izquierdo fue amputado a la altura del antebrazo. Cuatro dias después, la fiebre e infección lo llevaron de nuevo a la sala de cirugia para amputar mas arriba del antebrazo izquierdo, casi a la altura del hombro.

El grupo de veterinarios y medicos humanos que relatan este acontecimiento inedito tal vez en el mundo, publicó su extraordinario trabajo cirugico en la revista Archives of Veterinary Science, mencionando que una nueva tecnica anestesica había sido empleada en la cirugia del chimpancé, usando una mascara laringea, que ya era empleada en la epoca con éxito en los humanos, y que por la gran similaridad del aparato respiratorio de humanos y chimpancés, fue usada en este caso.

Después de su recuperación milagrosa, Vitor fue vendido a un circo, que lo mantuvo por aproximados 7 años hasta entregarlo a nosotros. Cuando Vitor llegó nos chocó profundamente, y hasta hoy nos maravillamos como él se adaptó tan bien a vivir sin su brazo izquierdo, comportandose normalmente en todas las situaciones. Vitor viajó – durante años – en un remolque de escasos 9 metros cubicos por todo el Brasil, encadenado y con una ventana pequeña para ver el mundo que desfilava ante él. A pesar de todo lo que él pasó, Vitor es un ser feliz, siempre que llegamos temprano para llevarle los yogurts y frutas que mas él prefiere, nos recibe con un amplio sonriso y un abrazo.

Vitor vive solo, tiene miedo de otros chimpanzés. Fue atacado dos veces por Martin, al poco tiempo de su llegada, y se supo defender, pero quedó marcado por aquella agresión inesperada. El tiene un tunel que usa para dormir, dispensando su dormitorio, y en su cerca electrica, le hicimos una plataforma especial para él subir a 10 metros de altura, con seguridad. Vitor, en dos años, duplicó de tamaño. Durante meses pasó por un tratamiento de la infección cronica que padecía en su oido izquierdo, que conseguimos superar, con la colaboración especial de él, que permitía los curativos 2 y 3 veces por dia. Tal vez, esa infección lo acompañó años y lo debe haber enloquecido de dolor durante mucho tiempo.

Días atrás lo llevamos al territorio de Guga, que comprende un area de cerca electrica, que era un antiguo campo de futbol, todavia con las instalaciones del gol, y se conecta con la escuelita y la casa del Santuario. Cuando entró en el campo, donde yo lo esperaba, me pidió la mano, para que lo llevase a visitar todo aquella nueva area. Guga, muriendo de celos, lo acompañaba a distancia. Después de todo el reconocimiento del territorio, me pidió para jugar de pega-pega, que es un juego que muchos chimpancés adoran. Jugamos hasta cuando yo aguanté, y después lo dejé solo en el local que no era suyo, por algunos minutos mas.

Cuando lo veo fuerte, alegre, riendo y jugando, me acuerdo del impacto que recibí cuando lo ví por primera vez, en el primer instante no lloré, ya que el personal del circo estaba presente, pero horas después, solo con él, observandolo y ganando su confianza, no conseguí contener las lagrimas, en una mezcla de rabia, tristeza y alegria, ya que aquel ser fantástico, luchó para sobrevivir como nadie, luchó para no morir, cuando nuevamente era llevado sin cuidados de un lugar a outro del pais, hasta llegar a su destino final – como muchos de sus hermanos en el Santuario – que se libraron de la esclavitud, y son ahora y para siempre libres del yugo humano.

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional