Una recuperación sorprendente
publicado en 26 Mar 2014

Era un sábado de Marzo, generalmente un día más tranquilo en el Santuario del GAP en Sorocaba, Brasil, sin embargo, temprano los chimpancés más conectados con la rutina, supieron que sería diferente. El chimpancé Pinho (Felipinho) iba a ser operado. Un grupo multidisciplinar de médicos humanos y veterinarios se preparaba para su misión. Pinho ya estaba aislado en su dormitorio. Nega, su compañera, en otro. El tratador Rangerio dos Santos ya estaba con la pistola anestesica disimulada en el corredor y la médica veterinaria Dra. Camila Gentile jugaba con el chimpancé para distraerlo. No obstante, ellos sabían que la rutina era diferente y que algo iba a suceder. Comenzaron a vocalizar y toda la ciudad de los chimpancés entró en ebullición, unos se comunicando con los otros.

Una aguja anestesica se clavó en la pierna del chimpancé y el anestésico comenzó a hacer efecto. La Nega, cuando vió a Pinho salir dormido en una hamaca pensó que estaba muerto y comenzó a gritar más todavia, alertando a toda la comunidad. Nosotros intentamos tranquilizarla. Ya hacia más de 1 año que nadie era anestesiado en el Santuario para ningun procedimiento médico.

En el centro cirurgico, todos aguardaban la llegada del paciente que pesa más de 90 kg, y está con un estado de salud optimo segun el examen completo de sangre que se le hizo posteriormente, pero con un tumor en un dedo de su mano izquierda. En menos de un año había crecido rapidamente. Parecia benigno, pero inutilizaba el dedo del medio que ya no lo podía mover.

El Profesor Dr. Antonio Carlos da Costa, cirujano médico, especialista en Manos y en Microcirugia del Hospital de la Santa Casa de S. Paulo y del Hospital Sirio-Libanes, pensaba que no había comprometido el hueso, pero solo la radiologia daría el veredicto. El médico veterinario, Dr. Márcio José Monteiro Corrêa, del Jockey Club de Sorocaba, con su equipo ambulante de rayos X, confirmó la sospecha, el hueso no estaba comprometido, pero lo mejor era extirpar, ya que el dedo estaba inutilizado totalmente.

El Dr. Giancarlo Cavalli Polesello, médico ortopedista del Hospital de la Santa Casa de S. Paulo y del Hospital Sírio-Libanes (mi yerno), y médico cirujano del Santuario desde su criación, concordó con la amputación. Ambos cirujanos hicieron el trabajo, con una pericia inigualable, que se reflejaría en la recuperación sorprendente y perfecta que Pinho tuvo.

El gran drama de las cirugias de los grandes simios es el post-operatorio, por eso cuando el procedimiento es muy extensivo, es impracticable. El primate va a tirar el curativo, va a contaminar su herida, será muy dificil mantenerlo vivo. Sin embargo, Pinho fue un ejemplo. Mantuvo el curativo en su lugar casi 48 horas, lo retiró después con cuidado y no tocó en los puntos internos ni externos.

Pinho es un sobreviviente. Tiene aproximadamente 28 años de edad. Vivió siempre en un Circo, en condiciones terribles. Se relacionaba con la Nega, de 38 años de edad, a través de la reja y la embarazó varias veces. Dois de sus hijos, que ellos no los conocen, están con nosotros: Martín y Carioca. Pinho fue muy golpeado en el Circo, era rebelde y para dominarlo, lo amarraban y lo golpeaban hasta desfallecer. Cuando llegó al Santuario odiaba a los humanos, destruia las puertas, golpeaba todo lo que fuese un simbolo humano de dominación. Hoy es un ser diferente. Aprendió a distinguir que ni todos los humanos son como el personal del Circo que lo maltrató, comenzó a tener afección por nosotros y con algunos tratadores, hasta la própia Dra. Camila, que contribuyó a su anestesia, él no le guardó rencor. El sabe que fue por el bien de su vida. Ahora nos muestra la mano con el dedo amputado y agradece. El también sabe que aquel tumor podría haberlo matado y nosotros lo habiamos extirpado de su cuerpo con precisión y maestria.

A los siete días después de la operación, sin haberse infeccionado, lo juntamos con la Nega, que lo vigilaba del recinto al lado. Se abrazaron, intercambiaron «grooming» y quedaron más cerca que nunca. Cada vez que le llevamos un pequeño obsequio, nos muestra la mano y con un gesto, nos agradece.

Un grupo multidisciplinar de dos cirujanos humanos y tres médicos veterinarios, demostraron que es posible unir esfuerzos, conocimiento y habilidad cirurgica para librar a un chimpancé de un tumor inesperado y que se recuperase rapidamente y sin secuelas.

Dr. Pedro A. Ynterian

Presidente, Proyecto GAP Interncional

Imágenes de la preparación de la cirugia, la mano de Pinho (antes e despues) y el regreso para su recinto:

1 – Dr. Antonio da Costa (a la derecha) y la Dra. Carolina Ynterian con su marido, el Dr. Giancarlo Polesello; 2 – Dr. Giancarlo, Dr. Antonio y el Dr. Márcio Corrêa (Rayo-X); 3 – Rangério, Dr. Giancarlo, Dr. Antonio y la Dra. Juliana Kihara (que tambien es médica veterinária del Santuário); 4 – Dedo con tumor; 5 – Sutura despues de la amputación del dedo; 6 – Rangério, Dr. Antonio y su mujer, Dra. Anael Marinho (médica otorrinolaringologista), Dr. Giancarlo y Dra. Camila Gentile; 7 – Mano de Pinho con el curativo final; 8 – Pinho siendo levado para su recinto de recuperación; 9 – Dra. Camila acompañando Pinho durante el trayecto para su recinto y 10 – Nega y Pinho ya recuperado.

cirurgia Chimp Pinho 61_302x200 cirurgia Chimp Pinho41_302x200 cirurgia Chimp Pinho11_302x200 cirurgia Chimp Pinho 51_302x200 cirurgia Chimp Pinho 111_302x200 cirurgia Chimp Pinho 191_302x200 cirurgia Chimp Pinho 161_302x200 cirurgia Chimp Pinho 181_132x200 cirurgia Chimp Pinho 171_132x200

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pinho e Nega 41_302x200 Pinho e Nega 31_302x200 Pinho e Nega1_302x200

Mão do Pinho após recuperação1_211x200