El auditorio estaba lleno. Representaciones diplomáticas de paises europeos, como Holanda y Alemania, estaban presentes. De Africa, no podria faltar una nutrida representación angolana y otra en representación de Guinea-Bisau. A eso se somaban amigos de la familia Carmo, periodistas, defensores de los grandes simios y del medio ambiente. El Palacio Galveias, en el centro de Lisboa, se convirtió en un campo donde solamente se hablaba de nuestros hermanos grandes simios, tan ignorados por el mundo desarrollado y hasta por los cientificos que deberían estar comprometidos con su sobrevivencia.
Conocimos a Mario Carmo esa noche personalmente. Ya habíamos intercambiado muchas mensajes e intentos de colaboración, algunos con éxito, como la transferencia del chimpancé Bongo para el Brasil, y otros fracasados, como la transferencia de casi una docena de chimpancés en Luanda, en una operación solidamente apoyada por el Gobierno Angolano, pero inviabilizada, en aquella epoca, algunos años atrás – por aquellos que dominaban el sector de Fauna del IBAMA (órgano ambiental brasileño), que le dió las espaldas a nuestro pais hermano y a sus grandes simios.
Mario Carmo tiene una historia de vida que daría otro libro. Su vida en la construcción de la independência de Angola, cuando pocos blancos allí se quedaron después de Portugal haber libertado aquel pais de su poder colonial. Mario dejó su familia en Portugal, y, como buen angolano, se juntó a la población negra, para continuar su trabajo de administración de las vias ferreas del pais.
Sin embargo, la guerra civil lo envolvió completamente y tuvo que luchar para sobrevivir. Terminó construyendo una industria de bebidas, que llenaba un vacio en las necesidades angolanas. Llegó a tener 250 empleados y una producción diversificada, que el publico angolano apreciaba.
Al mismo tiempo, ya con su familia – esposa, dos hijas e dos hijos – comenzó su lucha por la conservación de la naturaleza y la fauna de su pais. La miseria invadia Angola, y los animales eran una forma de sobrevivencia. En el mercado de Luanda, todas las semanas algunos bebes chimpancés eran ofrecidos. El se quedaba vigilando para impedirlo. Cuando no podía evitarlo, los compraba. Fue el caso de Bongo y Chimba. Motivos del libro que agora, en su segunda edición, es presentado en Lisboa y brevemente en Angola, contando una historia muy familiar en la vida cotidiana de aquel continente.
Todavia bebes, él dicidió llevarlos para su casa en Portugal, donde podría darles mejores condiciones de vida. Ante el caos reinante, en dos viajes ambos fueron cotrabandeados. Era la unica forma, en aquel momento, de salvarles la vida.
Mario había comprado una casa en la cima de una colina, que dominaba un amplio panorama de los suburbios de Lisboa. Rodeados de jardines y naturaleza, Chimba, una bonobo, y Bongo, un chimpancé troglodyte moraron allí 8 años, en la felicidad de una familia que los amaba, rodeados de perros, también rescatados, que los acompañaban.
Denuncias de vecinos llevaron a la policia ambiental a la casa. Bongo y Chimba sabían del peligro y se quedaban muy calladitos, para no serem localizados hasta que el peligro pasase. Sin embargo, la situación era insustentable. Mario decidió negociar con las autoridades el traslado de los chimpancés. Inicialmente fueron para el Baduca Park, que era un safari de animales, pero un local más adecuado se hacía necesario.
Los técnicos ambientales de la época, interpretando una ley que no atendia a la realidade de los grandes simios, exigieron la separación de ambos, ya que Chimba era un bonobo y Bongo, un troglodyte Si fuese hoy tendriamos condiciones de defenderlos de aquella decisión absurda. Los bonobos son tan troglodytes como los chimpancés son tan bonobos. Ambas especies fueron criadas por el especismo radical que invadió la biologia años atrás y colocó en dudas hasta Linnaeus, padre de la Taxonomia Animal, que calificó – como visionario que era – a todos los chimpancés como Homo troglodytes.
Los Zoologicos alemanes estaban desesperados para recibir Chimba, una bonobo que en la epoca comenzaba su fase reprodutiva, y alguién hasta sugirió matar a Bongo, caso no se consiguiese un destino para el mismo, para separar a Chimba de su compañero.
Mario tuvo que obedecer. La Ley era terminante. El no podría quedarse con los primates. Solo exigió que ambos fuesen separados el mismo día. Después de anestesiados, ambos irían para un destino diferente. Bongo para el Brasil y Chimba para Alemania. Y así sucedió.
La historia de ambos no termina aqui. Nuevos capitulos pueden estar por suceder. Aguarden los proximos días las especulaciones de lo que puede acontecer y por qué.
Mario Carmo es un luchador por la fauna de Angola, su esposa, fallecida recientemente, después de meses de sufrimiento, era su gran apoyo. Ella – Lili – así como una de sus hijas, que sigue sus pasos, era la gran madre de todos los animales que cruzaban su camino.
Mario ya pasó los 80 años, no obstante tiene la vitalidad, el entusiasmo y la fuerza que muchos jovenes no tienen. El es un hombre comprometido en la lucha por la sobrevivencia de los grandes simios y de toda la fauna de su pais y de Africa. El Proyecto GAP lo recibe con los brazos abiertos como su representante en Portugal y Angola, que nunca estarán mejor representados que de ahora en adelante.
Dr. Pedro A Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
Fuente: http://www.anda.jor.br/29/04/2013/uma-historia-que-ainda-nao-terminou
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http://www.angola24.net/ver-noticia/chimpanzes-de-angola-na-africa-do-sul
Jornal de Angola maio 2013