Pocas horas antes del día 25 de Octubre, era un jueves en S. Paulo, recibi una llamada telefonica cerca de las dos de la tarde, anunciandome que tres chimpancés del grupo de Noel habían escapado de su recinto. Aquel día S. Paulo estaba literalmente sitiada por el transito intenso y accidentes en las vias perimetrales, un camión se había volcado en la llamada Marginal de Piñeros, que es la principal salida para el area de Sorocaba, y desde temprano kilometros de congestionamento se acumulaban.
Salir de la ciudad era tan complicado, como convencer a tres chimpancés jovenes, atleticos, llenos de curiosidad, de que debian regresar a su casa. Los tratadores más antiguos – Rene, su esposa Nana, y Jurema – durante años acompañaron su desarrollo y conseguian estar cerca de ellos en su aventura de aquel jueves, 24 de Octubre.
Jurema, Rene y Nana
Dos años atrás una huida parecida había sucedido, durante una tempestad con viento intenso, en que un arbol se había inclinado en el muro y ellos conseguian hacer el trabajo restante, para convertirla en una escalera y escapar. El recinto de ellos es muy grande, en el mismo caben dos zoológicos de Niterói, recientemente cerrado por el organo ambiental brasileño (IBAMA). Nosotros mantenemos las ramas cortadas, sin embargo, hay un sector con eucaliptos de casi 20 metros de altura, que en una tempestad de viento como la ultima, no resistieron y se curvaron hacia el recinto de ellos.
El primer contacto del grupo – Noel (16 años), Carlos (13 años) y Claudio (12 años), todos criados por nosotros en el Santuario desde bebes – fue en el lugar que llamamos la Escuelita, que hoy sirve de dormitorio al grupo de Guga (nuestro primer chimpancé). Las dos tratadoras estaban limpiando el tunel y Noel agarró la pierna de Jurema. Cuando ella vió quién era, comenzó el corre corre. Ellas entraron en la Escuelita, pero como la puerta externa estaba abierta, Claudio ya había entrado por ella y se dieron de frente. En ningun momento el grupo intentó agredir a los tratadores, lo que querían era evitar ser capturados, y querian continuar con su aventura. Nana y Jurema consiguieron entrar en la casa, que está toda conectada con la Escuelita, alertaron a los otros funcionarios y refugiaron la más nueva en el «cuarto del panico», que es mi dormitorio.
Casa/Escuelita
Nana avisó a Rene por teléfono mobil, que estaba limpiando al recinto de Billy, y fue a ver Tiao, el cuarto del grupo, que todavia no habia escapado. Cuando lo iba a intentar, Rene llegó y lo llamó, ofreciendole una Coca-Cola y lo consiguió meter dentro del dormitorio. Tiao es bien más complicado, ya que es perturbado mental, por haber vivido una parte de su adolescencia en un circo.
Mientras todo esto sucedia, yo intentaba salir de S. Paulo, venciendo el transito infernal. Los chimpancés visitaban todos los recintos proximos a la casa, buscando peleas con los que estaban adentro, que no les agradaban los fugitivos allí asediandolos. En una oportunidad llegaron al recinto de las bebes. Jimmy, el padre adoptivo, estaba desesperado. El nunca imaginó tener que verse con tres chimpancés jovenes, fuertes y desconocidos, a quien solo habia visto a distancia. Noel tal vez quería agarrar a Suzi (2 años), que estaba en una de las ventanas, en su inocencia. Jurema estaba en el corredor, salió para afuera para dejarse ver y atrair la atención de Noel, que fue atras de ella y se olvidó de Suzi, ella se trancó de nuevo en el recinto y llamó a los bebes para que salieran de las peligrosas ventanas. Noel, furioso, rompió dos vidros con una piedra, sin embargo, no logró entrar.
Rene que está con ellos desde pequeños, los iba siguiendo en su visita al Santuario, más ellos no avanzaron mucho, solo se quedaron alrededor de la casa, de los recintos que ellos conocian y en el sector de los animales pequeños. En un momento Noel se sentó frente a un recinto con los monos saguis e intentó abrirlo para soltarlos, pero no consiguió forzar el candado.
Noel era el lider del grupo. La veterinaria Camila logró disparar un dardo anestesico a Claudio, pero él se lo arrancó rapidamente y la anestesia hizo poco efecto.
Cuando llegué, Jurema y Nana habían convencido a Noel a entrar en la cerca electrica que Guga usa, que estaba libre y salieron corriendo por otra puerta. En ese momento yo llegaba, abrí la casa, ya que esa era la atracción. Todos ellos conocieron la casa cuando eran bebes. Carlos no me reconoció de inmediato, porque yo estaba con ropa de la ciudad, más cuando le hablé me identificó. Se sentó y yo lo abrazé y llevé para la casa. Ahí apareció Claudio, que también me abrazó. Abri varias puertas y ambos entraron en la casa. Después las fui cerrando, hasta quedarme solo con ellos allí dentro. Los llevé para mi cuarto, que es el del «panico» y que tiene un pasaje para los recintos de Guga.
Escuelita/ Cerca Eléctrica
Sin embargo, me dí cuenta que ya había alguien adentro. Marisa, una funcionaria nueva que estaba allí refugiada, ya que ellos no la conocían. Ahi pedi para Jurema que entrase por dentro de los recintos y la sacase de allí, para yo poder entrar con los chimpancés y fue lo que sucedió. Durante todo el tiempo en la casa conmigo no hicieron ninguna destrucción aunque reconocieron todo, hasta que los pude hacer pasar para la Escuelita.
Mientras tanto, Noel continuaba en la cerca electrica, entré con él, y pedí que abriesen el tunel que da acceso a la Escuelita, y él entró juntandose con sus compañeros. Esa noche los tres durmieron en la Escuelita, ya que al día siguiente debiamos hacer algunas operaciones, con el fin de llevarlos por dentro del recinto de Guga, hasta su recinto original.
Nunca fue necesario aplicar el Plan Alternativo, que sería anestesiar a distancia, usando pistola o rifle, que ya estaban preparados. Solo se precisaba ganar tiempo, distraerlos, hasta yo llegar y poder convencerlos a regresar, como sucedió. Durante todo el tiempo de la fuga, el resto de funcionarios quedaron en recintos seguros. Lo importante, en estos casos, es que los chimpancés no encuentren en su camino personas desconocidas y se puedan sentir amenazados, y ahí pueden ser agresivos.
En realidad, ellos son muy inteligentes, en ningun momento fueron al sector de los grandes felinos (tigres, leones) ni de los grandes osos, así como al sector del Santuario donde están los chimpancés más perturbados, que ellos los escucham pero no los conocen. Solo se quedaron en territorio conocido. Al fin y al cabo cuando eran bebes andaron por todo aquel espacio diariamente cuando casi no habían construcciones.
No piensen que una experiencia de esas no afecta a cualquier uno. Después uno rie de lo sucedido y de las reacciones de las personas y animales. Tuvimos que trancar los perros y los gatos se libraron de ser capturados gracias a su habilidad y rapidez. Ese regalo de cumpleaños que Noel y su grupo me dieron será el más inolvidable, posiblemente, de mi vida. No creo que en 74 años de existencia, en que ya viví situaciones muy diferentes e inusitadas, una emoción superior a esta exista.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional