Si a alguien los chimpancés del Brasil deben hacer un homenaje por la lucha por su sobrevivencia y mejores condiciones de vida, ese alguien se llama Milan Statostik. En los ultimos 15 años con Milan, un ciudadano de origen checoslovaca, que estableció en el Estado de Parana un poderoso grupo industrial – la Compañia Providencia – tuvimos el privilegio de trabajar juntos, por la pasión que nos unió: los chimpancés.
Milan comenzó a tener chimpancés algunos años antes que nosotros. Paró algunos años despues y cuando nos conocimos, y vió el trabajo que estabamos iniciando en el Santuario de Sorocaba, él comenzó de nuevo a cuidar de los primates en un Santuario, que todavia tenia junto a su grupo industrial en la localidad de São José dos Pinhais, cerca de la ciudad de Curitiba.
Milan y su esposa Anita, que siempre lo apoyó en todos los momentos, junto con nosotros, salvaron la vida de más de 100 chimpancés que eran explotados en circos, zoológicos y en manos de particulares. Cuando decidió vender el Grupo Providência, construyó una casa y un Santuario para acoger los chimpancés que tenía en la fabrica y otros, que rescataría en los años siguientes.
En la lucha por la sobrevivencia de los chimpancés, tuvo momentos de angustria y dolor como cuando el fallecido circense Beto Carrero, usando una orden judicial, invadió el Santuario con la policia fuertemente armada y secuestró varios chimpancés, que eran del extinto Circo Garcia y que nos pertenecian legalmente, ya que habiamos comprado la finca con 14 chimpancés que allí vivian, y que eran propiedad de la dueña del Circo, Carola Garcia.
Cuando nos dirijimos al Órgano Ambiental, Ibama, en Brasília, solicitando su interferencia para recuperar los chimpancés, que estaban corriendo peligro de muerte en una instalación inadecuada del Zoológico en Santa Catarina, un infeliz Jefe de la Fauna de aquel Órgano nos viró las espaldas y nos indicó que buscasemos un abogado. Aquel desafio de un burocrata que se olvidaba de su papel de defensor de la fauna, Milan lo asumió, contratanto los mejores abogados disponibles y dió la troca en los circenses, recuperando los chimpancés secuestrados y un bebe recién nacido junto.
En el Santuario del Instituto Anami, en Paraná, más de 20 chimpancés y una orangutan disfrutan de una vida de paz, después de años de cautiverios miserables.
Uno de los casos más complicados fue del grupo de Peter. Este chimpancé que llegó al Brasil todavia bebe, de Suiza, vivia en el Zoológico particular Buana Park, en Rio de Janeiro, con dos hembras (Tata y Judy). Cuando este Zoológico fue cerrado por el Ibama, debido a las condiciones pesimas en que se encontraban todos los animales, el grupo de Peter fue negociado por la Dirección de Fauna del Ibama de Brasília, con un Zoológico particular, que estaba en construcción en la ciudad de Fortaleza (Noreste Brasileño), el Paraíso Perdido. Antes de esto suceder, ya nosotros habíamos combinado con el propietário del Zoológico, que el grupo de Peter viniese para el Santuario de Sorocaba.
Sin embargo, los intereses hablaron más alto y el grupo terminó en Fortaleza, en un recinto al sol, expuesto a pocos metros del publico, donde cualquier primate rapidamente enloqueceria.
Milan negoció varios meses con el dueño del Paraíso Perdido, que ya había entrado en dificultades financieras y estaba negociando los animales posibles de vender. Dos hijas del grupo fueron para un otro Santuario, en la ciudad de Ibiuna, en el Estado de S. Paulo, y el grupo de Peter, sumado con la hija mayor, llegó al Paraná. En esa epoca Milan estaba en el proceso de vender su grupo industrial y su Santuario no estaba completamente construído. Ante la imposibilidad de mantener el grupo de Peter con el, nos lo envió al Santuario de Grandes Primates de Sorocaba. Las dos hembras estaban muy debilitadas por la vida horrible en Fortaleza y tuvimos que esforzarnos para hacerlas sobrevivir. Tata tuvo dos hijos en Sorocaba: Marcelino, hoy adolescente, y Miguel, todavia bebe. Pocas semanas atras llegó el tercer hijo.
Este bebe – fuerte y muy vivo a las pocas semanas del nacimiento – es el homenaje que Peter, Tata y Judy, desean hacerle a Milan Starostik, por haberles salvado la vida. El nombre de este bebe será Milan. Este es el deseo de los padres y de decenas de otros chimpancés brasileños que deben su actual existencia al trabajo desinteresado, profundo y sincero, de un hombre que dedicó una parte de su vida a luchar por la especie que más se aproxima a la nuestra y que tanto ha sido maltratada por nosotros humanos.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional