La antropóloga Jill Pruetz y su grupo, colocaron Aimee, un bebê chimpancé hembra de 9 meses de edad, envuelta en un saco, a menos de 15 metros de un grupo de chimpances, que ellos acompañan hace mas de 7 años, y rezaron por ella. Un chimpancé joven, Mike se aproximó, olió la encomienda sorprendente, la agarró con él y se la llevó a su madre Tia, que cuidaba de sus propias heridas.
El grupo comenzó a andar y los humanos fueron atrás de ellos. Tia llevaba el bebe, pero a veces también Mike la ayudaba a cargarlo. La madre estaba herida debido al ataque de los perros de los cazadores, que días antes habían secuestrado el bebe de ella. Mike y Tia sabían que aquellos humanos que los seguian de cerca eran bien diferentes de aquellos otros que días antes los agredieron con violencia.
La Dra. Jill Pruetz que estaba en los Estados Unidos, enseñando en la Universidad de Ohio, había recebido la noticia urgente de su gerente de campo Dondo «Johnny» Kante de que había acabado de recuperar un chimpancé bebe y que era la hija de Tia. Ella no lo pensó dos veces, agarró un avión y regresó urgente para el Senegal, para la reserva Fongoli que ella cuida hace años, para intentar una misión casi imposible – retornar el bebe a su madre – algo que nunca había sucedido en la vida libre.
El Dr. Robert W. Shumaker, cientifico del Great Apes Trust of Iowa, que financia parte de los trabajos de Jill en el Senegal, declaró «Yo no conozco una situación parecida a esta que dio cierto como esta vez.» Todos consideran que la actitud de Mike, el chimpance joven, que agarró el bebe y lo llevó a su madre, asi como ayudó mas tarde a transportarlo, fue un caso extraordinario de cómo los chimpances tienen consciencia de su comunidad.
El gerente de Jill en Fongoli, Kante, a quién le fue ofrecido el bebe dias antes por el grupo de cazadores, fue quién consiguió identificarlo como la hija de Tia, y convenció al cazador a entregarsela, ya que había cometido un delito.
Jill Pruetz fue reconocida por su trabajo en Fongoli, en el Senegal, meses atrás, cuando la National Geographic, que también la ayuda en su trabajo, la mostró al mundo, asi como el grupo de chimpancés de la sabana que ella acompaña, que viven en cuevas y se alimentan cazando pequeños mamiferos.
Dr. Pedro A Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional