Tragedia en el Congo: vamos a quedarnos de brazos cruzados?
publicado en 22 Sep 2010

En el norte de la República Democrática del Congo, y en el sur de la República Centro-Africana (Corazón de Africa), se traba tal vez la última de las luchas que una especie chimpancé – los Pan troglodytes schweinfurthii – mantienen por la sobrevivencia en sus recónditos refugios salvajes. En la región conocida como Bili-Uéré, los chimpancés no tenían miedo de los pocos humanos que por allí se encontravan. No habían cazadores emboscados, ni trampas a la espera de la presa, ni flechas envenenadas acertaban los cuerpos de los primates que se balanceaban en los árboles; leones, elefantes y una decena se otras especies de monos los acompañaban en la vida diaria, cada uno cuidando de su territorio y de su grupo familiar.

Esto parece que está destinado a tener un fin trágico en los proximos meses. La tribu local decidió romper un acuerdo que tenía con la Fundación para la Vida Salvaje de Wasmoeth y el conservacionista Karl Ammann, para dar apoyo a las comunidades humanas que allí existen y que retribuían con protección a la biodiversidad. En pocos meses, millares de mineros artesanales se instalaron en todas las áreas y los miembros de la Fundación tuvieron que abandonar la región.

Los problemas de los mineros recién-llegados es que no respetan la biodiversidad, la consumen por completo, incluyendo los animasles de la región, en comparación con las tribus locales, que están acostumbradas a convivir con los primatas y otros animales, y tiene hasta restricciones de usarlos como alimentos, ya que lo consideran algo maléfico.

Los investigadores que allí han trabajado, dirigidos por Thurston C. Hicks, del Instituto de la Biodiversidad de la Universidad de Amsterdam, y que nada consiguieron hacer para impedir esta invasión de congoleses y otras etnias dentro de un ambiente, que era totalmente preservado, cansaron de ver bebes chimpancés en las villas al sur del Rio Uele, siendo ofrecido para la venta por unos pocos dolares. Se considera que todos aquellos bebes, que fueron identificados en 2009, hoy no están mas vivos, y también se teme que otras centenas de ellos no duren mas que unos pocos meses en las manos de los cazadores y sus intermediarios.

La tragedia que está sucediendo en el norte del Congo (RDC) es terrible. Sin Santuarios – el de Lwiro está saturado – para recibir más huérfanos, el destino de aquellos infelizes que perdieron sus padres y parientes cazados con flechas envenenadas, es en realidad la muerte.

Por lo que vemos, la humanidad va a quedar callada y cómplice ante esta masacre de nuestros hermanos hominideos, con los cuales tenemos profundos lazos de historia y de sangre!

Dr. Pedro A Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional

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