Nosotros tenemos mucha experiencia en el rescate de chimpancés y otros grandes animales de zoológicos. Ya presenciamos todo tipo de reacciones al llegar a su nuevo destino. En el caso del chimpancé Toto, su comportamiento nos intrigó. Toto vivió los ultimos 15 años de su vida en un pequeño recinto cementado, totalmente extraño a su biologia y a su comportamiento, en el Zoológico de Leme, en el Estado de S. Paulo. Sin embargo, él estuvo la mayor parte de aquellos años acompañado por una hembra de nombre Gimba, y los que la conocieron dijeron era muy humanizada.
Toto amaba a su compañera, la embarazó dos veces y sus hijos no sobrevivieron. Era dificil sobrevivir en aquelas condiciones precarias de vida. Un día la madre también se fue, para otro destino que no era esta vida y este mundo cruel que habia conocido. Toto se quedó solo. Quedó como inerte, triste, apatico, no queria más comer y no quería más jugar con su tratador.
Cuando llegó al Santuario del GAP en Sorocaba, pensamos que correría, como los otros, por su parte externa, pisaría en la hierba que ya habia olvidado, subiría en la plataforma amplia de madera, saltaría, gritaría, se atemorizaria o se alegraría, al percibir la presencia de la familia vecina de Gilberto, Ditty y sus tres hijos, observandolo por las ventanas con gran curiosidad … NADA.
Toto entró en una de las habitaciones de su amplia parte interna, en la sección más aislada y más oscura, llevó frazadas y TNT (tejido no tejido) con él, articulos que ya habia olvidado que existían, y hizo un nido gigante y se quedó allí una semana. Eventualmente, cuando no había ningun tratador a vista, hacia rapidas salidas para alimentarse y hacer sus necesidades, y regresaba al mundo que su mente creara. El y sus recordaciones cuando tenía a su amada compañera, era tal vez lo unico que lo mantenía vivo.
Conseguimos sacarlo de aquella reclusón y no lo dejamos regresar a su refugio y aislamiento. Creamos un dormitorio más cerca de la luz del sol y de la luna, que él podria disfrutar como nunca lo hizo. Comenzamos a ver manchas de sangre en el suelo, provenientes de su intestino. Los examenes de sangre realizados durante el traslado acusaron normalidad, hasta con mayor numero de globulos rojos que era de esperar. No estaba anemico. La perdida de sangre no era pequeña. El tratador Rogerio, que lo atendia en el Zoo, vino a visitarlo, indagado, nos reveló que esa sangre comenzó a aparecer después de la muerte de su compañera, cuando entró en depresión, meses atras.
Teniamos ya esa sospecha, ya tuvimos casos parecidos de ulceras en el sistema digestivo, por stress emocional y conseguimos tratarlas todas. Esta vez, la presencia de sangre en catidad no despreciable, era más preocupante. Toto precisa de una compañia, precisa arrancar de su alma el pasado y enfrentar una nueva vida. Sin embargo, para ayudarlo a conseguir eso precisamos saber de su vida pasada y, talvez al conocer su historia, diseñar su nueva vida en la tranquilidad del Santuario, sin visitación publica que lo perturba y rodeado de sus iguales.
De donde vino Toto? Iniciamos la reconstrucción de su vida, pero precisamos la ayuda de todos en el Brasil, ya que alguién lo conoció, y aquellos que nos acompañan, nos leen y escuchan, nos puede contar algo de él que estamos precisando saber. Reconstruir la vida de chimpancés cautivos no es fácil, se dicen muchas falsedades y se esconden las realidades. Es un trabajo de investigación de connotaciones hasta policiales.
Tenemos una sospecha. Su familia, quizas, pueda estar viviendo actualmente en nuestro Santuario: la familia de Peter, Tata y Judy. En las exiguas anotaciones que encontramos en el Zoológico consta que alguien – un miembro de un circo – de la localidad de Bragança Paulista, cercana a S. Paulo, fue quien lo entregó al Zoológico de Leme, cuando todavia no tenía 10 años de edad y menciona como su procedencia el Zoológico Bwana Park, de Rio de Janeiro, clausurado por la autoridad ambiental IBAMA em 2000/ 2001. La familia de Peter que allí vivía, después de pasar un tiempo conturbado y traumático en un Zoológico particular de Fortaleza, nordeste brasileño, terminó en nuestro Santuario, donde se recuperaron y tuvieron dos hijos, Marcelino y Miguel, viviendo con nosotros más de 7 años.
Será que Toto fue el primer hijo de Peter? Es realmente parecido con su padre, pero eso no es suficiente. Si alguién conoce el pasado de Toto, por favor, envie e-mail para projetogap@projetogap.org.br. Aquellos que trabajaron en el Bwana Park deben saber de aquel primer bebe que nació allí y un día desapareció. Vendido para comerciantes de animales, que lo llevaron para un circo.
Una sospecha también nos lleva a la vida de circos, pues Toto anda el tiempo todo dando vuelta de cabeza, una practica comun de chimpancés que trabajan en los escenarios de los circos.
Toto en busqueda de una historia, de una familia y de un nuevo destino. Los humanos brasileños tienen la palabra!
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
Otras imágenes de Toto: