Cuando Suzi tenía más de un año de edad, comenzamos a llevarla algunos días por mes en el area de bosque que tenemos en el Santuario del GAP, en Sorocaba, donde sus padres habian pasado muchas horas cuando eran bebes y pre-adolescentes. Ella subió en los arboles, andó por todos los lados, sin embargo, teniamos que estar siempre atrás de ella, debido a los nuevos peligros ahora existentes como abejas, abispas, arañas, serpientes, erizos, que no eran tan habituales años atras, cuando las industrias poluyentes no habían llegado tan cerca de nosotros y el area de bosques tenía continuidade.
El grupo de Guga, como nosotros lo llamabamos, era integrado por Emilio, Noel, Samantha, Carlos y Claudio, además del propio Guga. Durante años fuimos con todos ellos en una van, junto con un tratador o tratadora, y nos quedabamos allí un par de horas.
Aquella area de bosque está llena de arboles de mangos, guayabas y jabuticabas, además de poseer un pequeño rio que la cruza y donde también ibamos para que ellos jugasen en el agua. Durante 7 a 8 años, hicimos aquella rutina cuatro veces por semana y nunca ningun chimpancé se quedó allí. Cuando le deciamos «vamos para casa», todos se distribuian en la van, a veces peleando entre ellos, ya que algunos preferian ir en el asiento al lado del conductor, y regresaban para sus recintos. Sin duda que los chimpancés se comportan muy diferente a otros primates, que si soltamos en un area de aquellas, la tendencia es escapar y desaparecer. Los chimpancés tienen valores intrinsecos que colocan en una balanza imaginaria que tienen en su mente y llegan a la conclusión que la vida en los recintos es más segura, agradable, mejor y más tranquila, de que se arriesgar en un territorio desconocido, donde los peligros pueden llegar a ser hasta fatales.
Suzi disfrutó media hora de libertad, así como el paseo que le dimos de carro por todo el Santuario, para que ella conociese algunos de sus vecinos, que escucha, pero no consigue ver.
Suzi es extremadamente curiosa, iba pegada al vidrio de la van contemplando cada detalle de lo que se ofrecia a sus ojos muy atentos. En el bosque, en pocos minutos, recorrió una buena parte del area, aunque ahora hay zonas, como el acceso al rio, que no hay más paso ya que la vegetación creció mucho.
Jimmy y su hermana Sara se quedaron preocupados ya que hacía tiempo que ella no salia del recinto, desde la ultima visita de Peter Singer, en Agosto passado. Sara que comenzó a llorar cuando Suzi salió, se quedó imensamente feliz y alegre cuando la vió regresar, así como su padre adoptivo, Jimmy, que cuida muy bien de ella.
Suzi regresó a sus origenes, como al de sus padres, Samantha y Emilio, que sin duda tienen grabado en su excelente memoria aquellos momentos de libertad que supieron disfrutar inesqueciblemente al comienzo de sus vidas.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
Imagenes de Suzi en el bosque del Santuario de Grandes Primates de Sorocaba – SP (Brasil)