Mucho se sabe sobre el llamado «sexto sentido», pero, poca – o ninguna – base científica existe que sea capaz de explicarlo. Un fenómeno que no se explica, pero que se acredita que existe entre los humanos. O alguien nunca sintió una sensación diferente, como si estuviésemos siendo orientados por algo para salir de aquel local, o llamar a una determinada persona en aquel momentoω Mas esta será una característica distinta e unica de los humanosω Los hechos demuestran que no. Como ejemplo, podemos mencionar el tsunami sucedido en 2004 que devastó Asia. Momentos antes, varios animales comenzaron a se agitar y muchos se trasladaron para las regiones mas altas, como que previendo lo que estaba por suceder. Por mas que cientistas intentasen argumentar de que ellos podrían sentir vibraciones del suelo, y hasta las propias ondas, ninguna argumentación hasta hoy fue suficiente para derrumbar la existencia de una sensibilidad también entre otros animales. Con los chimpancés, no es tampoco diferente.
En reciente visita al Santuario de chimpancés de Curitiba, que realizé junto con la fotografa española Aisha Bonet, futura representante del Proyecto GAP en Africa, nos sorprendió la forma como fuimos recibidos por los 18 huespedes de allí. Los propios propietarios del Santuario, Sr. Milan e Sra. Anita Starostik, se sintieron sorprendidos con la calma y la tranquilidad demostrada por los chimpancés ante nuestra presencia por primera vez. Allá como aquí, en Sorocaba, las personas extrañas a las habituales son recibidas con desconfianza, expresada por ruidos, gritos y demostración de fuerza, de forma de, «intimidar» a los mismos. En Curitiba, sin embargo, desde el comienzo no tuvimos problemas de relacionamiento. Por el contrario. Todos demostraron que eran amistosos y buscaron el contacto con nosotros. Y como explicar esoω De una manera o de otra ellos perciben cuando los humanos tienen buenas intenciones, y saben diferenciar eso solo con la mirada. Y no es una simple mirada, es una mirada profunda en nuestros ojos. Nuestra experiencia en el Santuario de Sorocaba también ratifica nuestra argumentación. Con el dia a dia de vida con ellos, muchos perciben cuando estamos preocupados o hasta mismo entristecidos con algo. Y no solo lo perciben sino que nos respetan y muchas veces nos quieren consolar con sus atenciones y gestos.
Mas do que seres casi humanos son seres sensibles, inteligentes. De esta forma, la idea de que son apenas primatas, está cada vez ultrapasada. Reconocer a los mismos el derecho a la vida, a la libertad y a la no tortura es mas que un deber. Es nuestra obligación en cuanto primatas y humanos que somos.
Msc. Luiz Fernando Leal Padulla
Biologo