Debían realizarle una sedación para efectuarle una serie de análisis, pero fue pospuesto por pedido de la jueza de la causa. ¿Cuándo comenzará la libertad para la primate de 32 años?
Una vez más, Sandra tendrá que esperar los tiempos de la justicia para llegar al día que la saque de la jaula en la que vive desde 1994 y ser, finalmente, trasladada a un santuario de Florida donde convivirá con otros individuos de su especie. A última hora de este lunes, la jueza Elena Liberatori, titular del juzgado N°4 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, solicitó una información a través de un escrito y todo se postergó al menos una semana.
«Estaba pautado para este martes, pero se va a postergar una semana como mínimo porque el juzgado pidió una postergación para presentar una informacion que ellos querían verificar en el expediente», confirmó a Infobae Gonzalo Pascual, subsecretario del Ecoparque Porteño.
Por su parte, desde la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos Animales (Afada) —en representación de la orangutana— dijeron que «la sedación de Sandra tiene que ser realizada por especialistas con experiencia comprobada en esa práctica y no por cualquier profesional veterinario, ya que además de ser traumática puede acarrear la muerte del ejemplar como ha sucedido en otros casos».
Es por eso que Afada pedirá participar del acto «para garantizar que se practique sin afectar el bienestar de Sandra».
El procedimiento —que había sido programado para el 6 de abril, se postergó para hoy y anoche se volvió a cancelar sin fecha definida— consiste en una sedación a fin de practicarle una serie de estudios que se consideran necesarios para su ingreso a los Estados Unidos.
En total son 12 los estudios que se le realizarán para poder ingresar a los Estados Unidos que, a diferencia de otros países, es más riguroso. «Usualmente cuando se pretende trasladar a un animal a otro país intervienen las autoridades de aplicación en materia de sanidad animal, en nuestro caso el Senasa, que son los encargados de acordar requisitos comunes a fin de proteger los intereses sanitarios de los países involucrados. Esto se realiza mediante los Certificados Veterinarios Internacionales (CVI) que plasman los requisitos acordados de manera oficial», explica el Plan de acción de estudios sanitarios del Ecoparque sobre el traslado de Sandra al que accedió Infobae.
El documento diferencia los requisitos generales de los que piden en los Estados Unidos: «Ellos realizan pruebas preestablecidas unilateralmente una vez que el animal llegó a la cuarentena (lo que ocurre después de los CVI) aprobada y destinada a alojar al individuo durante su chequeo veterinario.
Los estudios que le harán a Sandra para abandonar el Ecoparque porteño
El equipo del ex Zoo porteño definió una serie de 12 estudios médicos «a fin de maximizar las posibilidades de traslado seguro y una exitosa cuarentena» que tiene como finalidad trasladarla al Santuario Center for Great Apes, del estado de Florida, lugar propuesto por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que fue elegido sobre otros propuestos por las partes de la causa. Estos son:
–Diagnóstico de Hepatitis A,B y C que consiste en análisis de muestra de laboratorio a cargo del Laboratorio Nacional de Virología INEI-ANLIS del Instituto Malbrán.
–Diagnóstico de Influenza A y B e Influenza I, II y III quedará a cargo del Servicio Virosis Respiratorias INEI-ANLIS del Instituto Malbrán.
–Exámen físico general que incluye fotografías dentales y control de peso que será realizado por el equipo veterinario del Ecoparque.
–Conteo sanguíneo completo y química sanguínea. Análisis que quedará en las manos del Laboratorio Dr. Rapela.
-Diagnóstico de tuberculosis: test Montoux y cultivo. Ambos análisis de muestras serán efectuados por la Facultad de Ciencias Veterinarias.
-La radiografía de tórax, junto al cultivo fecal, frotis directo/flotante x 3 será llevada a cabo por el equipo veterinario del Ecoparque. Al igual que la inmunización contra el tetanos, la vacunación contra la rabia y la colocación del chip identificatorio.
La lejana etapa final para que Sandra finalmente sea liberada
Desde 2014 se habla de la oranguntana del Zoo porteño que fue reconocida como «sujeto de derecho y ser sintiente». El fallo fue inédito al igual que el Habeas Corpus para pedir por su liberación.
Su caso y nombre pasaron las fronteras nacionales y las continentales ya que fue noticia en Londres donde se habló de la primera primate a la que se reconocen derechos. El impacto de su reconocimiento la llevó a las portadas de la web de la BBC, The Guardian y The Independent. Pese a su ganada fama las fichas del tablero no se movieron a su favor.
La esperanza volvió a fines del año pasado cuando se retomó la causa por su liberación. El 28 de diciembre cuando la jueza de la causa notificó a las partes que «corresponde comenzar con las gestiones administrativas y sanitarias tendientes a verificar si su traslado al Center of Great Apes resulta posible». La tarea fue encomendada al GCBA al igual que los trámites administrativos y legales para concretar la reubicación de Sandra.
En referencia a este proceso judicial desde la ONG animalista aseguraron: «Se nos han cercenado varios derechos y exigido requisitos legales que al Ecoparque y a sus profesionales no se les ha pedido en igualdad de condiciones para enviarla a los Estados Unidos; por ejemplo que acreditemos que el lugar de destino y los profesionales de allí tengan especialidad en orangutanes o grandes primates. A la magistrada le bastó que un empleado judicial de su juzgado visitara el santuario norteamericano para dar por hecho que era el mejor lugar de destino sin que nadie verifique, previamente, los rigurosos requisitos sanitarios que exige el gobierno de ese país para el ingreso legal del ejemplar».
Afada, quienes llevaron la representación de la chimpancé Cecilia, había propuesto enviarla al santuario de Sorocaba (Brasil) donde hace un año vive la mona liberada del ex Zoo de Mendoza.
Lo que sigue para Sandra es la cuarentena que deberá realizar en los Estados Unidos, de aprobarse las exigencias sanitarias de nuestro país. Esto «podría llegar a causarle mayor estrés y sufrimiento que el que tiene en el propio Ecoparque», apuntó Afada y avisó que «la justicia no ha garantizado muchas cosas y ha dado un trámite express a un traslado que parece haberse gestionado por detrás de la causa judicial. Esa es la impresión que nos queda y sólo rezamos para que Sandra, algún día, pueda volver a ser una orangutana y a vivir junto a otros de su propia especie».
Ver la vida sin rejas de por medio. Poder caminar, correr hasta donde quiera… Respirar aire sin la contaminación de los caños de escape de los vehículos, dormir sin que las bocinas de los conductores apurados la despierten. No volver a escuchar los ensordecedores ruidos de la pirotecnia después de un gol o a fin de año sino el cantar de las aves, el silencio de la noche y el viento que los árboles le regalen cuando duerma a su sombra es lo que la está esperando. Sandra, merece vivir en libertad y lejos de tanta gente.
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