La orangutana, que fue trasladada a Estados Unidos, se adaptó bien al zoo de Kansas; se espera el resultado de un último estudio para su ingreso a un santuario
por Mauricio Giambartolomei (La Nacion)
Un mes después de su traslado a Estados Unidos la orangutana Sandra, que vivió durante 25 años en el Ecoparque porteño, espera que se cumplan los últimos requisitos veterinarios en el período de cuarentena previsto en el protocolo sanitario para emprender el viaje a su destino final, un santuario de Florida especializado en cuidados de grandes simios. Dos estudios generales y otros dos para descartar tuberculosis dieron buenos resultados, lo que permite adelantar que la travesía se completará en las próximas semanas.
Para definir la fecha de partida del Sedgwick County Zoo de Kansas, al que llegó el 27 de septiembre, faltaba un tercer estudio de tuberculosis. Ayer por la tarde en el Ecoparque recibieron la noticia de que el resultado fue negativo, por lo que en las próximas horas comenzará el procedimiento para enviar a la orangutana a la reserva Center for Great Apes (Centro para Grandes Simios).
Sandra se convirtió en la primera gran simio en ser catalogada como persona no humana y ser sintiente. En 2014, la Sala II de la Cámara de Casación Penal dispuso que podía gozar de derechos. Luego, por un amparo impulsado por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada), la jueza en lo contencioso administrativo y tributario de la ciudad Elena Liberatori exigió al gobierno porteño que garantice las condiciones adecuadas para el hábitat y preserve las habilidades cognitivas del animal. Además ordenó el traslado a un santuario donde pudiera continuar con su vida en condiciones más acordes con su especie.
La orangutana debió esperar cuatro años para salir del exzoológico porteño y su caso se convirtió en un símbolo de la reconversión del espacio, desde que fue estatizado en 2016. Antes de su traslado hubo varias relocalizaciones, pero ninguna representaba un desafío tal como el de Sandra. Mientras se definía su partida varios fallecimientos pusieron en duda el éxito del traslado. Las preguntas se hicieron recurrentes luego de la muerte de una elefanta del zoo de La Plata, que también esperaba su traslado, y de una rinoceronta y una jirafa en el Ecoparque.
A pesar de algunos pronósticos desfavorables, el viaje y la inserción de la orangutana en el zoo de Kansas, donde está cumpliendo la cuarentena, cumplió las expectativas. Los cuidadores y veterinarios que siguen de cerca el día a día del animal afirmaron que fue uno de los simios más calmos que hayan pasado por el lugar. Se acostumbró rápidamente a la rutina, cooperó siempre y nunca tuvo reacciones agresivas ni comportamientos depresivos. «Fue un éxito el trabajo que hicieron los cuidadores en Buenos Aires, antes de que viaje a Estados Unidos, para que logre adaptarse a situaciones y lugares extraños», dijeron desde el Ecoparque.
Ayer, el último estudio veterinario terminó de confirmar que Sandra se encuentra en perfecto estado de salud. Se estima que a mediados de noviembre ya podría estar alojada en el Center for Great Apes, el lugar seleccionado por Liberatori. El santuario fue creado en 1997, pero concebido en 1984 cuando su fundadora, Patti Ragan, trabajó como voluntaria en las selvas tropicales del Borneo indonesio en un proyecto de rehabilitación para orangutanes salvajes.
La reserva cuenta con una superficie de 40 hectáreas en Wauchula (una pequeña comunidad rural en el centro sur de Florida, donde hay una zona boscosa), doce grandes recintos abovedados de tres pisos, con mucho espacio para correr y escalar. También estuvieron en consideración el santuario Rainer, en España, y el de Curitiba, en Brasil, pero finalmente fue elegido el de Estados Unidos.
Los últimos días de la cuarentena de Sandra se cumplirán con los mismos estándares de bioseguridad para que nada interfiera en el proceso. Por esa razón, los cuidadores del Ecoparque que en septiembre viajaron con ella en avión a Dallas y de ahí por tierra a Kansas regresaron a los pocos días para no interferir en la labor de los especialistas locales. Se espera que antes del traslado a Florida regresen a Estados Unidos para seguir de cerca el viaje y la inserción en el santuario de Wauchula.
Además de los rigurosos estudios veterinarios realizados a la orangutana y los permisos internacionales requeridos para el animal en tránsito, el procedimiento contó con la intervención de dos autoridades sanitarias: el United States Department of Agriculture (USDA) y el Center for Disease Prevention and Control (CDC). Entre ambas áreas de gobierno, decidieron el período de cuarentena que debía pasar Sandra para terminar el viaje que inició en el Ruhr Zoo de Alemania, donde nació el 14 de febrero de 1986, y tuvo una escala de 25 años en Palermo.