Su historia se remonta a la selva africana. Nació en algun lugar alrededor de 1966. Fue cazado y sus padres posiblemente fueron asesinados. Un día, en Mayo de 1975, apareció en la Base de la Fuerza Aerea Norteamericana de Holloman, en el Estado de Nuevo Mexico. De inmediato fue colocado en el programa de tortura medica.
En 22 años fue anestesiado 225 vezes, colectaron su sangre y su higado fue agujereado por biopsias en incontables ocasiones. El resistió. Los genios de la Fuerza Aerea, tal vez, trabajando para alguna multinacional privada, lo usaron para probar una vacuna contraceptiva. Nunca consiguieron desarrollarla, y de hecho Roman fue padre de 7 hijos.
En 1997 la Fuerza Aerea Norteamericana ya estaba siendo cuestionada publicamente por sus programas de tortura de grandes simios y varias muertes que habian sucedido en la Base Holloman. Fue transferido, entonces, tal vez, para un local peor, que era vecino, la Fundación Coulston.
En 2002 la vida cambió para Roman, ya con 26 años de edad y un cuerpo lleno de secuelas de las torturas a las cuales habia sido sometido. El Santuario Save the Chimps compró las instalaciones de la Fundación Coulston, ya quebrada, y junto llevaron 250 inocentes, entre ellos Roman, a quienes un nuevo futuro se avecinaba.
Roman terminó siendo trasladado para Florida y fue incorporado al grupo familiar llamado de Kiley, donde era el más viejo. Roman rapidamente se ganó el respeto y el cariño de los chimpancés y de sus tratadores humanos. Torrie, una de las tratadoras, habla de él: «Los ojos de Roman siempre estaban llenos de pensamientos y de amor. El fue el primer chimpancé con quien establecí una profunda relación de amistad. Yo amaba a Roman. Todos nosotros. Todos los que lo conocieron terminaron amandolo también. Era un tipo especial. Siempre tendrá un lugar en el fondo de mi corazón.»
Roman y su grupo tenían una isla amplia, con una construcción de madera conocida como «el salon». El amaba su isla, algunas noches dormía alli, bañado por la luz de las estrellas.
Al comienzo de este año, Roman cesó de alimentarse, caminaba lentamente. El no aceptava medicinas, ya lo habian invadido con las mismas en sus 22 años de torturas. Era dificil tratarlo. Su corazón estaba debil, nadie sabia como habia resistido tantos años.
La dirección del Santuario y sus tratadores decidieron dejarlo tranquilo. Lo que tenía que suceder, sucedería naturalmente. Salvarlo artificialmente no era posible, ni él lo deseaba. El quería pasar para un otro mundo, junto con los suyos, sin trauma. Ya su vida habia estado repleta de dolores y angustias. El pasado 17 de Junio se fue para siempre de este mundo con sua clasica mirada, de ser sabio e inteligente, sin odio por aquellos que lo hicieron tantos años infeliz.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente. Proyecto GAP Internacional
Imágenss de Kiley, Ritt y Roman; Roman y Kay, y Roman con su família disfrutando en el salon