Sam (Simon) y Rakker llegaron al Santuario del GAP, en Sorocaba, Brasil, hace casi 10 años. Cuando eran bebes, un error de manejo en el Zoológico de Amsterdan, provocó un ataque casi mortal de varias hembras de un grupo ya formado, en que Rakker estaba siendo introducido y fue rechazado. Sam tuvo mejor suerte y consiguió integrarse, sin embargo, nunca olvidó al amigo, que tuvo que sufrir varias cirugias, para recuperarse de las heridas que cubrían su pequeño cuerpo.

Durante dos años Rakker quedó aislado, en una jaula grande, mientras se recuperaba. De vez en cuando, Sam lo visitaba para elevar su espiritu y con los juegos hacerlo olvidar de la casi muerte. Otro personaje también entró en la vida de ambos, Rick van Groningen, hoy adulto, en esa epoca, un niño.

Como se puede ver en la foto arriba, Rick jugaba con ambos, especialmente Rakker, cuando estaba solo, así como con sus tratadores, para conseguir recuperarlo completamente. El padre de Rick era tratador en el Zoológico.

Rick nos envió días atrás, un mensaje, para saber cómo estaban sus amigos de infancia, que le respondimos y le enviamos fotos actualizadas de ambos.

Rakker guardó el trauma dentro de su alma, cuando escucha un chimpancé furioso en recintos vecinos, se atemoriza, recordando su experiencia de bebe, que dificilmente podrá ser arrancada de su mente. Rakker es muy humanizado debido al contacto que tuvo con Rick y los tratadores después del ataque. Sam lo adora y mantiene aquella amistad de bebe, cuando uno nacido en Belgica y otro en Holanda, fueron juntados para ser compañeros.

Sam tiene celos de la relación de algunos humanos con Rakker, especialmente la mia, y a veces no me recibe delicadamente, pero en pocos minutos regresa a ser el Sam juguetón de siempre. Sam tiene preferencia por los juguetes, preferencialmente carros y tractores, que diferente de otros chimpancés, que lo desmontan rapidamente, él los conserva intactos durante mucho tiempo jugando con ellos.

Ambos bebes chimpancés marcaron la vida de Rick, cuando era niño y sin duda que los tres recordarán los buenos tiempos que vivieron juntos, hasta que las incomprensiones de la vida los separaron.

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional