DE UN CALABOZO FRIO A UN LUGAR AL SOL
Ella lo encontró en un calabozo frio, solo y abandonado, con una única frazada sucia, que le servía de cama. En el silencio de aquella prisión de cemento y hierro, los gemidos aterrorizantes de 264 compañeros de infortunios, torturados selvajemente, en “beneficio de la ciencia humana”, invadían sus días y sus noches. La Dra. Carole Noon lloró copiosamente al verlo y tal vez lo tuvo presente en sus últimos pensamientos antes de morir prematuramente fulminada por un cáncer agresivo. Ella recordó aquel chimpancé sin dientes, arrancados en el circo, que llegó a ser famoso en Hollywood y aquellos circenses que lo criaron y lo esclavizaron, un día sin el menor remordimiento, lo abandonaran en aquel calabozo inmundo.
Conocemos a los humanos por sus gestos y obras. Thoto es un ejemplo de la falta de humanidad de muchos seres considerados humanos, que nunca deberían haber existido.
Thoto fue rescatado por la primatologa Carole Noon y fue para su Santuario Save the Chimps, en Florida, junto con todos sus otros compañeros. Thoto salió de la oscuridad, socializó con Ron y Dana, hizo otros amigos y un día dejó para atrás su tenebroso pasado, rumbo a un futuro de sol radiante y cielo azul.
La Dra. Jocelyn Bezner acompañó Thoto en su viaje de millares de kilómetros desde la Fundación Coulston, en el Estado de Nuevo Mexico, atravesando los estados de Texas, Luisiana y gran parte de la Florida. Jugó con él, asistieron videos juntos. Mientras Ron dormía, Thoto devoraba el mundo exterior con sus ojos incrédulos, a través de la ventana de aquel camión especial que el Santuario había construido, y que ya había cumplido decenas de viajes similares llevando sus amigos sobrevivientes.
Cuando llegó al Santuario, Thoto no dudó, colocó su frazada, esta nueva y perfumada, en sus espaldas, dió un adiós a las cámaras de TV que filmaban este momento histórico y se fue a acomodar bajo el árbol de la isla, que fue su amor a primera vista.
El viaje de rescate de Ron y Thoto fue registrado en un film premiado para la TV norteamericana, bajo el titulo “Chimpanzees – An Unnatural History”, del documentalista Alison Argo.
Thoto disfrutó algunos años de una vida feliz, después de más de 40 de torturas, aislamiento y desamparo. Amaba las frazadas. Un día los tratadores llegaron a contar 52 acumulados en su nido. Era un coleccionista. Como era también aficionado por zapatos, orejeras, espagueti, pizza y espejuelos de sol. Y también mujeres, que prefería, a los hombres.
Thoto tenía su corazón debilitado por las torturas y sufrimientos. En Octubre de este año, durmió entre sus frazadas en su nido bajo su árbol preferido en aquella isla que adoraba, y nunca más despertó, sembrando una tristeza intensa en todo el Santuario.
La Dra. Jocelyn Bezner, directora del Santuario, tuvo uno de sus días más amargos, ella ya esperaba aquel fin, pero nunca quizo aceptarlo. El corazón de Thoto paró de latir y el corazón de Jocelyn perdió su ritmo, las lágrimas invadieron su rostro y se repetía … «haré la paz con mi tristeza porque yo no puedo imaginar mi vida sin estos extraordinarios chimpancés. Yo soy bendecida por haber conocido a todos ellos … Adiós Dulce Thoto» .
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional