Quiénes son los culpables?
publicado en 29 Mar 2011

DESDE FORT PIERCE, FLORIDA
24/03/2011

Lentamente, uno a uno, durante menos de una hora, once chimpancés que llegaron a Florida, horas antes, en un largo viaje desde el Estado de Nuevo Mexico (conociendo el mundo para muchos de ellos por primera vez), van saliendo de su dormitorio/ comedor, para la isla que los abrigará por el resto de sus vidas.

Estamos del lado de afuera de la isla, donde la misma se junta, por un brazo de tierra y hierba, a los dormitorios, que termina en una reja que llega hasta el agua, que evita las fugas. Los chimpancés son pequeños, con el pelo muy irregular, no gritan, no hacen ruidos, andan con cuidado, pisando en la hierba como si fuese un cristal, se agarran de la reja para descender un pequeño declive, como si fuera algo peligroso, y cuando llegan al final, que sienten el agua en sus pies, regresan de inmediato.

Una chimpancé, viejita, entra en la isla, pero al poco tiempo desiste, parece un esfuerzo muy grande para ella el trayecto a recorrer y regresa. Solamente Jack, demostrando su pasado de circo, se mueve con agilidad, perturba a las hembras, y da golpes rapidos en los machos, queriendo mostrar que puede ser el dominante.

Un grupo de la TV filma todo, que ya viene acompañando la migración de este grupo de chimpancés desde su partida, a millares de km de distancia. Nosotros también filmamos, no queremos que las imágenes se queden solamente en nuestras memorias: el momento entre el infierno y el paraiso que este grupo de chimpancés inocentes está viviendo y es único.

Comenzamos a reflexionar, intentamos entender el por qué, como eso puede suceder en el pais mas poderoso de la Tierra. Nos dejamos llevar por la imaginación, esto es sólo “la ponta del iceberg”, como se dice, representa la tortura de miles de chimpancés y de millones de otros animales. Otros 1000 seres como éstos aguardan un destino final, en otros locales, después de decadas de torturas médicas, y ahora están semi-retirados.

Cómo los Estados Unidos llegó a esta situación? De tanto pensar, investigar y consultar, pensamos que ya sabemos el porqué y quiénes son los culpables de este drama de la humanidad. En la decada de los 80, el HIV era descubierto y los cientificos adelantavan sus opiniones y suposiciones. Era sangre de chimpancés que introducida a humanos, generó la transposición del virus entre primatas. Una hipotesis que nunca llegó a ser probada, como muchas otras. El HIV continuaba extendiendose, millones eran contaminados y millares morían. Otro grupo de cientificos, con el apoyo y ayuda del Instituto Nacional de Salud (NIH), organo del gobierno norteamericano, decidió concentrarse en desarrollar una vacuna. Nuevamente se acordaron de los chimpancés, decenas de pedidos fueron realizados a los cazadores y traficantes de animales. Centenas de padres y madres fueron asesinados y sus bebes chimpancés capturados en las selvas africanas y enviados para los cientificos norteamericanos, para servir de “materia prima” para la vacuna mágica. Nadie hizo pruebas con algun chimpancé para ver cómo eles reaccionaban al virus HIV; nadie tomó su tiempo para investigar qué virus alcanzaba aquellos primatas y descubrir el SIV, primo-hermano del HIV, pero diferente.

Cada bebe chimpancé valía hasta 60,000 mil dolares en la epoca (20-30 años atrás). La reproducción también sucedía en los laboratorios de experimentación medica, ya que era necesaria mas materia prima chimpancé para inocular el virus HIV. La Fundación Coulston, en el Estado de Nuevo Mexico, era uno de aquellos centros. Algunos de aquellos inocentes que hoy ya están en las islas de Florida nacieron allí, nunca vieron el sol, pisaron en la hierba ni consiguieron abrazar a sus madres.

Una entrevistadora de la TV Norteamericana me pregunta: Quiénes son los culpables de esto? Por qué la sociedad norteamericana, en recesión y desempleada, tiene que donar dinero para mantenerlos vivos? Los culpables yo ya sé quiénes son y se lo dije a ella: son los cientificos y el NIH, que no saben respetar a nada ni nadie, para obtener sus objetivos, así como enriquecerse sin limites. Y son ellos que deben pagar por lo que hicieron, deben financiar decenas de santuarios necesarios para acoger a los mil chimpancés que todavia viven en jaulas de laboratorios. La sociedad está pagando hoy por ellos, ya que es una sociedad que sabe tener compasión. Millares de norteamericanos y de otras naciodalidades donan cada año para que el Santuario Save the Chimps – el mayor Santuario de Chimpancés del mundo – continue recibiendo y librando de la tortura y de la muerte a estes seres indefensos, con los cuales compartimos un ancestral comun millones de años atrás.

Nuestra visita termina. Nos vamos felices por un lado y amargados por el otro, por aquellos que todavia viven prisioneros sin conocer el mundo externo y un brazo amigo. Sin embargo, la esperanza aumenta. La Dra. Carole Noon (fundadora del Santuario), un dia, años atrás, entró en los laboratórios de la Fundación Coulston, abrió una puerta y encontró a Carlos dentro del calabozo, un chimpancé inocente que allí vivía durante 20 años, sólo y abandonado a su suerte. El espiritu fuerte de aquella mujer quebró, y las lagrimas la invadieron largos minutos, pero al recuperarse de aquella flaqueza se convirtió en su firme promesa de arrancar todos de allí y de otros centros de tortura parecidos. Ella libertó los 220 chimpancés de Nuevo Mexico y los colocó bajo su ala protectora. De aquellos sólo faltan 50 para llegar a Florida y eso sucederá este año. Para nosotros, también es un recomienzo, ya que hasta el último esfuerzo de nuestras vidas, lo dedicaremos a arrancar aquellos seres de las tinieblas, los que ella no consiguió rescatar en vida, pues un cáncer la llevó prematuramente de este mundo, junto con millares de sus amados chimpancés que también la acompañaron en este viaje al infitino.

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional