PROYECTO GAP, AFRICA – SANTUARIO LOLA YA BONOBO
publicado en 10 Oct 2008

En el año 2.002 fue creado a las afueras de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, el único centro de acogida de bonobos huérfanos del mundo. Su fundadora se llama Cloudin, una belga empeñada en salvar a esta especie de una más que probable extinción. Esta dama de hierro se enfrenta día a día a una guerra desigual contra los traficantes, los cazadores ilegales, la corrupción, la profunda incultura de las gentes y el olvido del mundo entero.

Este centro se llama Lola Ya Bonobo, que en la lengua local quiere decir «El paraíso de los bonobos». Allí alrededor de sesenta bonobos pasan sus días en unos grandes espacios repletos de bosques (aproximadamente 30 hectáreas). En el límite de estos terrenos un vallado eléctrico impide la dispersión de estos bonobos. Por la noche todos entran para reposar en unos amplios dormitorios.

Al igual que otros centros similares de primates en Lola Ya Bonobo se acogen a los bonobos huérfanos que son confiscados o donados voluntariamente. Todos estos bebés han vivido una tragedia parecida. Sus madres fueron abatidas a tiros, cortadas en trozos y ahumadas delante de ellos (esta carne ahumada se vende en los mercados de las ciudades en grandes cantidades). Luego estos bebés fueron transportados a la gran ciudad en busca de algún comprador sin escrúpulos o algún ignorante que quiere aumentar su estatus con una mascota extraña o de lujo.

Esta historia podría no tener nada de particular, ya que la comercialización de la carne de animales salvajes es un negocio que ha crecido en las últimas décadas espectacularmente en todo el tercer mundo. Sin embargo es necesario puntualizar que será triste que la especie de los bonobos desparezca de nuestro planeta sin apenas saber que un día existió. Su enorme parecido con el chimpancé común le lleva a permanecer en el anonimato. Sin embargo el bonobo es un primate con diferencias suficientes para poderlo catalogar como una especie diferente a la del chimpancé.

Al igual que los humanos y los chimpancés tuvimos un ancestro común hace unos seis millones de años, también ocurrió algo parecido entre los bonobos y los chimpancés hace tan solo tres millones de años. A partir de este momento sus caminos se separaron y se convirtieron en dos especies diferentes.

Tres millones de años es poco en el largo camino de la evolución de las especies desde que la vida existe en la Tierra pero es mucho si valoramos  la cantidad de cambios genéticos que se pueden producir entre dos especies que caminan por separado.

A nivel físico se aprecian diferencias a simple vista. El bonobo es más esbelto y grácil que el chimpancé y generalmente la cara es negra con labios rosados. Incluso en los bebés, al contrario que los chimpancés, los bonobos tienen la cara negra desde su nacimiento. Los bonobos tienen largos pelos en los laterales de la cara y en la cabeza.
Al mismo tiempo  tienen la cabeza más pequeña que los chimpancés pero poseen una frente más ancha y las orejas más pequeñas que ellos. Los orificios nasales son anchos.

El bonobo tiene ligeramente las piernas más largas que el chimpancé y el cuello más delgado.

Todas estas características unidas a una tendencia al bipedismo más acentuada que la del chimpancé le dan al bonobo un aspecto más humano.

Aparte de estas características especiales los bonobos tienen una gran capacidad cognitiva. Dos bonobos, Kanzi y Panbanisha aprendieron un vocabulario de cerca de 400 palabras que pudieron escribir usando un teclado especial de lexigramas (símbolos geométricos)  y pudieron responder a preguntas formuladas de viva voz.

En la sociedad de los bonobos las hembras son las dominantes del grupo, al contrario que los chimpancés. Aunque existen jerarquías sociales el rango de cada individuo no toma un papel tan importante como en otras sociedades de primates. Sin embargo las hembras tienen mayor capacidad de coalición y asociación entre ellas que los machos. Aunque éstas son menos fuertes que los machos suplen esta desventaja con su capacidad para fomentar estrechas relaciones entre ellas lo cual las convierten en más poderosas frente a las posibles agresiones o intromisiones de los machos.

Es llamativo el constante uso del sexo como vínculo social. Los individuos tienden a copular con gran frecuencia como alivio de tensiones o por puro placer. Todos con todos, los pequeños con los adultos, las hembras con los machos o las hembras entre ellas o lo mismo con los machos. No parecen existir demasiados prejuicios entre estos promiscuos primates.

A diferencia de los chimpancés los bonobos no organizan cacerías para comer carne de pequeños animales o monos. Los bonobos son casi exclusivamente vegetarianos y ocasionalmente comen insectos.

Actualmente se están desarrollando proyectos en Congo-Kinshasa en los que se implica a las poblaciones humanas nativas para la protección de reservas naturales basadas en comunidades y gestionadas por ellos mismos. Por el contrario, las reservas creadas con anterioridad tienen grandes problemas con el control de la caza furtiva. La implantación de estas zonas protegidas se planteó en sus orígenes de una manera agresiva, expulsando a los nativos hacia afuera de los límites de la reserva y esto no ha funcionado. El nuevo modelo de futuro debe implicar a las poblaciones locales en la protección y gestión de estos paraísos perdidos.

Lola Ya Bonobo ha comenzado los primeros trámites para realizar un proyecto histórico y de una gran relevancia, ya que será la primera vez que se realice una reintroducción de bonobos en su ecosistema natural. Cloudin firmará este mes de Agosto un acuerdo con las comunidades locales que habitan en la zona donde se reintroducirán alrededor de 25 bonobos de su centro de acogida. Este lugar se encuentra en una zona solo accesible por avión o barca, muy lejos de los nueve millones de humanos de la ciudad de Kinshasa. Antes de la guerra este fue un ecosistema perfecto para los bonobos pero los terribles conflictos armados terminaron por aniquilar a los bonobos de allí, al igual que a otros muchas especies de animales. Ahora con este proyecto se pretenderá repoblar esta selva con los bonobos que crecieron en cautividad en Lola y que el año que viene serán transportados por avión para ser libres para siempre.

Las negociaciones con las poblaciones locales de este lugar no fueron fáciles en su primer momento. Finalmente se llegó al cuerdo de que esta zona será respetada y no cazará nadie en ella. A cambio los aldeanos de tres grandes pueblos recibirán apoyo educativo en los colegios, se beneficiarán de la llegada de los turistas, se suministrará material médico en los centros de salud y se les construirá una antena para que tengan señal telefónica, algo que ha sido definitivo para llegar a un acuerdo final.

El alma de los bonobos volverá a enriquecer este lugar lejano y misterioso de la cuenca del Congo y sus gritos agudos nos contarán que aun hay esperanza.
Suerte, Madame Cloudin, desde el Proyecto Gran Simio¡¡¡

Fernando Turmo
PGS África