QUENNIE: 1961-2011
En alguna fecha del 1968, cazadores criminales mataron los padres y capturaron dos chimpancés, en algun lugar de la selva africana y se quedaron con los bebes Quennie y Francis. La encomienda, procedente de un traficante de animales en Miami, y teniendo como clientes zoológicos importantes de los Estados Unidos, las hicieron llegar rapidamente al territorio de aquel pais. De las manos de los traficantes, por 500 dolares de la epoca cada una, terminaron yendo para el Zoológico Mesker Park Zoo, de Evansville.
Meses mas tarde el Mesker Park negociaba las dos chimpancés con otro Zoológico, el Cheyenne Mountain Zoological Park, en Colorado Springs, Estado de Colorado.
Alli se quedaron TEORICAMENTE 23 años. En ese tiempo Quennie tuvo 3 hijos e Francis tuvo 7, siendo que 3 murieron. Después de pocos años con la madre, fueron enviados al Zoológico de Los Angeles, destruyendo como siempre los zoológicos hacen, los vínculos familiares. La primera hija de Francis fue Fran, que tuvo dos hijos Rubic y Frolic, convirtiendo a Francis en una abuela joven.
La estancia en Cheyenne y en el Mesker Park puede haber sido teorica, durante algunos años. Entre 1970 y 1980 era “costumbre” en los zoológicos norteamericanos prestar sus excedentes de chimpancés para laboratorios de tortura médica, pero para todos los efectos ellos continuaban en el Zoológico. El trabajo investigativo del GAP Norteamericano no consiguió confirmar si ambas estuvieron en un laboratorio de experiencias médicas, pero algo significativo fue notado en ellas, estaban tatuadas con un numero, practica común, en esa epoca, en los laboratorios donde se sometian a primates a experiencias médicas.
El 8 de marzo de 1996, aquellas dos chimpancés inocentes, madres de muchos hijos, fueron colocadas en una avión de carga y enviadas a La Paz, Bolívia, para ser incorporadas al Zoológico de La Paz. Durante 8 años Quennie y Francis sobrevivieron literalmente en un Zoológico que no tenía las condiciones minimas para hospedarlas. La Camara de Concejales de La Paz decidió sacrificarlas. El Dr.Miguel Vaudano, del Proyecto GAP Brasil, alertado por el GAP Norteamericano, se trasladó a La Paz y convenció a los concejales y al alcade a donar ambas chimpancés al Santuario de Grandes Primates del GAP en Sorocaba, en lugar de matarlas.
El dia 18 de febrero del 2004, al caer de la noche, Quennie y Francis voltaron a tener una nueva chance de vida y entraron por la puerta de su recinto en el Santuario del GAP en el Brasil.
Quennie nos abandonó el pasado domingo 19 de junio de forma inesperada. En el limiar de los 50 años de edad. Quennie odiaba a los humanos y razón tenía para eso. Sólo recibió cosas ruins de los hombres, que mataron sus padres, robaron sus hijos y fueron abandonadas a su suerte en un pais donde no existían chimpancés y en un Zoológico, que era un matadero de animales.
Francis, que también llevó una vida miserable, junto con su compañera está casi perdida en su soledad. Cuando retirabamos el cuerpo de Quennie de uno de los recintos que ellas usaban, pedí que parasen y dejasen que ella contemplase el cuerpo sin vida de su amiga. Francis gritó, corrió de un lugar a otro del recinto, sin saber qué hacer. Mas tarde intenté conversar con ella y le expliqué lo que había sucedido. Le dije que Quennie había partido para nunca mas regresar, pero cada vez que mencionaba el nombre de la amiga, ella la buscaba, y esperaba verla entrar por la puerta del comedor. Cuando se quedaba sola buscaba en las camas con la esperanza que Quennie estaba allí durmiendo envuelta en frazadas.
Quennie tuvo una hemorragia vaginal severa, nosotros no teníamos acceso ni intimidad con ella, ni nadie se relacionaba con ella, que desconfiaba de todos los Homo sapiens. Cuando intentamos hacer algo, ya era tarde demás. Al fin de la noche de aquel domingo dejó su alma rumar para otras latitudes, tal vez en ellas, encuentre la paz, el amor y la compasión, virtudes que aquí en la Tierra nunca encontró, entre los seres mezquinos que la usaron sin misericordia.
Descanse en Paz Quennie, una sobreviviente!
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional