Más dos que no resistieron
publicado en 03 May 2012

SANTUARIO SAVE THE CHIMPS

Es triste y dramático relatar casos de chimpancés que sufrieron brutales torturas, en centros de experimentación médica, y cuando ya habían alcanzado la libertad en algun lugar decente donde pudisen disfrutar de la vida, la misma es arrancada de ellos, porque sus cuerpos debilitados y sus mentes atormentadas, no consiguieron recuperar la normalidad.

En el mes de abril pasado, más dos casos en el Santuario Save the Chimps, nos obliga a relatar estas historias que nunca deberían haber existido, si los seres humanos tuviesen un minimo de sensibilidad.

BRADLEY (Marzo de 1994-Abril de 2012): nació el día 17 de marzo de 1994 en la ex-Fundación Coulston, de su madre Stella y su padre Lou. Fue separado de inmediato de su madre, alimentado artificialmente y enviado con 1 año de edad para un laboratorio médico de Maryland, donde vivió aislado, y posiblemente atormentado con torturas médicas. En 2002 fue enviado a otro laboratorio médico de Texas. Cuando el Santuario asumió las instalaciones de la ex-Fundación Coulston, que era la propietaria de Bradley, consiguieron hacerlo regresar a su lugar de nacimiento.

Bradley integró el ultimo grupo que migró para el Santuario de Florida. El era un chimpancé tranquilo, que se abrazaba a sus frazadas y por vivir toda su vida aislado, no se acostumbraba con otros chimpancés. Cuando llegó al Santuario demoró para salir a explorar la isla. Desarrolló una amistad estrecha con otro colega de infortunios de nombre Roady. Murió de repente, posiblemente debido a su corazón debilitado por las torturas que padeció.

LIBBELL (Julio de 1983-Abril de 2012): nació el día 4 de julio de 1983, de su madre Debbie y su padre Les, en el tenebroso laboratorio llamado LEMSIP. Para aumentar la burla le colocaron el nombre de Libbell, parodiando el día 4 de julio, de su nacimiento, que es la fecha de la Independencia Norteamericana. Ella pasó 13 años de su vida en una minuscula jaula colgada del techo del laboratorio, donde era sometida a anestesias y biopsias constantes. Ella se comenzó a auto-mutilar posiblemente para intentar acabar los sufrimientos de su vida miserable. En 1996, el LEMSIP fue cerrado y ella fue para otro centro de tortura, la ex–Fundación Coulston, donde fue encontrada por el Santuario, cuando asumió el control de las instalaciones.

Libbell tenía un gran inflamación en su cabeza, tal vez, de origen hereditaria. Ella solo podía vivir en pequeños grupos de hembras, que le daban protección. La tendencia a la auto-mutilación regresaba cada vez que surgía en su cuerpo alguna pequeña herida.

Quizás lo que siempre deseó desde que nació, que fue desaparecer de este mundo cruel, sucedió días atrás cuando murió mientras dormia.

Descanse en Paz Bradley e Libbell!

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional