La Buckshire Corporation entregó los ultimos siete chimpances que le quedaban al Santuario de Primatas del Noroeste, en Washington, despues de vivir largos años en jaulas de laboratorios, siendo sometidos a las experiencias mas absurdas.
Annie, Negra, Missy, Jody, Jamie, Burrito y Foxie van a disfrutar el primer verano de sol, fuera de las tenebrosas jaulas y el aire acondicionado del laboratorio medico. El Santuario está trabajando arduamente para tener todas las instalaciones prontas, especialmente la parte externa, que permitirá que aquellos seres sufridos experimenten una vida digna y sin miedo a cada momento de ser pinchados por una aguja, de una mano deshumana que nunca tuvo compasión por ellos y sus sufrimientos.