Los chimpancés norteamericanos
publicado en 22 Sep 2011

UN ESCANDELO CRIMINAL

En la decada de los 80, el virus HIV apareció en la vida de los humanos, para infiernizar su existencia y enriquecer a algunas grandes corporaciones. Nosotros conocemos muy bien el juego de intereses que explotó en el mundo por llegar a la cura del SIDA. Sufrimos con aquello, ya que nuestro grupo empresarial en el Brasil fué el primero en el mundo que desarrolló una prueba, barata y manual, para el diagnóstico de aquella infección. Algún día contaremos en detalle esa historia que desenmascara mucha gente que vive de la explotación de la salud.

Ahora vamos a hablar de chimpancés, que también fueron – sin culpa ninguna – mutilados y torturados ante el altar de la cura imposible del SIDA. El NIH (Instituto de Salud de los Estados Unidos) y algunas corporaciones farmaceuticas concentraron sus esfuerzos en el fin de la decada de los 80, para buscar una vacuna contra el HIV a cualquier costo.

Sin el menor fundamento cientifico, sin probar a ningún chimpancé para ver su sensibilidad al virus, comenzaron a traer centenas de chimpancés de Africa, alimentando el trafico de estos primates e inflando los precios del mercado blanco y negro de esta especie. Como no era suficiente, fueron montados Centros de Reproducción de Chimpancés en diversas ciudades norteamericanas, para atender la demanda de los laboratorios farmaceuticos, que investían, con el respaldo del NIH, centenas de millones de dolares, para llegar antes que otros, a la descubierta de la cura o de la prevención de la enfermedad.

Un chimpancé llegaba a costar 60 mil dolares y eran arrancados de los brazos de sus madres a las 24 horas de su nacimiento, para acelerar su uso y el acceso al mercado. Sin embargo, existía un problema “legal”, el Servicio de Pesca y Vida Selvaje de los Estados Unidos (FWS), que tiene la responsabilidad de inspeccionar la entrada y salida, permanencia y uso de los animales selvajes, clasificaba a los chimpancés (Pan troglodytes) como una especie “endangered” (en peligro de extinción), que es la clasificación que existe en el mundo. Una especie “endangered” no podría ser importada, exportada, vendida, usada en tortura médica y explotada comercialmente.

Como en un pase de mágica, que nadie explicó hasta ahora, el Servicio de Pesca y Vida Selvaje de los Estados Unidos clasificó a los chimpancés como “threatened” (especie amenazada de extinción), ya que era una especie “diferente” de la africana, ya que había nacido en cautiverio en los Estados Unidos, eran chimpancés norteamericanos. El NIH actuando como agente de las corporaciones farmaceuticas forzó a otro Organo del Gobierno Norteamericano a cambiar la clasificación de una especie para poder torturar y explotar de la forma más insana posible, a aquellos chimpancés nacidos en aquel pais y justificar su status ante la Ley.

La Sociedad Humana de los Estados Unidos, el Instituto Jane Goodall, la PASA y otras organizaciones, días atrás solicitaron oficialmente al Servicio de Pesca y Vida Selvaje de los Estados Unidos, que regrese a clasificar los chimpancés como “en peligro de extinción”, ya que para ninguna especie en el mundo, existe esta diferenciación entre los nacidos en la naturaleza y los nacidos en cautiverio.

En la realidad, las instituciones que hicieron la solicitación, fueron hasta delicadas de más, pues en verdad aquel fraude cientifico fraguado y patrocinado por el NIH, y ejecutado por el Servicio de Pesca, que es un organo del Ministerio de Agricultura Norteamericano, fué un acto criminal, con el fin de justificar las torturas realizadas contra centenas de chimpancés en aquel pais, que después de 20 años de sufrimientos, fué descubierto que eran resistentes al virus del SIDA humano, y tenían su propio virus, el SIV, que no afecta a los humanos.

Es muy simple voltar para atrás y olvidar lo sucedido. Una sociedad que se ufana de su Justicia y de sus Instituciones, debe abrir una investigación real y objetiva de cómo aquel cambio de clasificación fué realizado, quién lo solicitó y quién lo aprobó, ya que centenas de vidas de chimpancés fueron aniquiladas y los que sobrevivieron, subsisten en un mundo tenebroso de miedos y locuras, por los años sufridos en las jaulas de los laboratorios, donde fueron torturados a diario durante años.

Es necesario una explicdación publica. Los chimpancés hoy no pueden hablar y exigir justicia, pero nosotros, que también fuimos victimas en los años 80, de los intereses por tras de los explotadores del negocio de la salud humana, sí exigimos que los culpables sean identificados y punidos por el crimen que practicaron.

LA MUERTE DE CENTENAS DE CHIMPANCÉS NO PUEDEN QUEDAR IMPUNES!

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional

ALGUNOS DE LOS CHIMPANCÉS ASESINADOS EN LOS LABORATORIOS DE TORTURA MÉDICA; CLAMAN POR JUSTICIA: