Aquellos que alguna vez en la vida – como nosotros – fueron prisioneros políticos saben cuanto es pernicioso, terrible, injusto y aterrorizador estar detrás de las rejas sin haber cometido ningún delito. Solamente por el derecho de opinar, o hasta de vivir con independencia, sin arrodillarse ante el poderoso.

Los grandes simios son los “prisioneros políticos” de este siglo. Millares de ellos están presos por toda una vida en jaulas, pequeños cubiculos o hasta en lugares espaciosos, mas que limitan su libertad de ir e venir y de relacionarse con quienes lo deseen.

Existen mas de 4 millones de animales selvajes en presidios politicos que son los zoologicos, mismo sin haber nunca delinquido. Ellos sirven de entretenimiento para humanos sobre el pretexto hipócrita de la “educación ambiental y la preservación de las especies”.

Tenemos en nuestro Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, Brasil, 300 prisioneros politicos. No importa que aquello sea un Santuario, que no exista visitación pública y que los recintos tengan millares de metros cuadrados. Ellos nunca podrán salir de allí, no tiene adonde ir. Sus casas en las selvas y en los bosques están siendo aniquiladas por la ambición humana sin sentido, que destruye la naturaleza diariamente.

Sabemos que en nuestro Santuario, y en muchos otros como el nuestro, aquellos seres inocentes van a ser inmensamente mas felices que los millones que viven en la explotación del entretenimiento y en la investigación médica para el descubrimiento de compuestos quimicos que enriquezcan a las grandes corporaciones.

Sin embargo, eso no es suficiente. No podemos ser felices con eso. Debemos luchar por la libertación total, por los derechos inalienables de todos los seres vivos y no solo por lo de millones de Homo sapiens que despreciaron las especies inferiores y las esclavizaron miserablemente.

Las nuevas generaciones, que hoy están comenzando a vislumbrar el mundo con mucha más información de que la nuestra, de decenas de año atrás, con la capacidad de comunicarse entre sí a una velocidad fantastica, van a construir una realidad diferente en este mismo siglo.

Los dos niños de 11 años de la ciudad de Araçatuba, interior del Estado de S. Paulo, que nos escribieron y nos llamaron pidiendo expresamente “socorro” para salvar seres inocentes, que están siendo diezmados en el Zoológico de su ciudad, es un ejemplo a ser seguido (vea el texto en portugues de la denuncia). Ellos van a construir un mundo mejor, van a acabar con la explotación animal, con la destrucción de los bosques y selvas, así como con las experiencias médicas terribles em seres indefensos. Esos niños – como centenas de otros jovenes – están gritando al mundo que todos están errados, que ningún pais sobrevive, creando cautiverios para inocentes, cuando los culpables están sueltos.

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional