El deseo de estar cerca de una criatura salvaje, tiene origen antiguo. El biólogo Sergio Greif explica: "Hay indícios de que algunos de los animales que vivian en las comunidades prehistóricas, no eran considerados como alimentos, eran cuidados por el simple placer de tenerlos". Desde aquella época, los animales fueron atrapados por la vanidad humana, com la intención de poseer e controlar todo lo que se encuentra por el camino. En la era moderna, con las Grandes Navegaciones y el descubrimiento de nuevos continentes, las familias europeas ricas, estaban interesadas en especies exóticas de tierras lejanas. Para completar sus colecciones privadas, los animales eran "importados", utilizados como una demostración de la riqueza y el poder. En 1515, el rey D. Manuel de Portugal, les ordenó que traigan para su país, un rinoceronte de la India, que fué el primero de la especie em pisar en tierras Lusas, desde la época del Imperio Romano. El bicho causó una gran emoción y las cartas eran enviadas para todo el país; relatando como era a tal criatura “mítica”(pensaron que los rinocerontes, podrían estar relacionados con unicornios). El animal fué ofrecido como regalo al Papa León X, pero acabó muriendo en el camino. Con el tiempo, estas colecciones se han convertido en lo que hoy conocemos como zoológicos. Como un pez fuera del agua Una de las afirmaciones utilizadas para justificar el cautiverio en aquella época, todavía continúa hoy en día; más de 500 años después. El contacto com los animales, estrecharía la relación del ser humano con la naturaleza. Estimulado por el conocimiento de lo que nos rodea, estaríamos más dispuestos a preservar y respetar la vida silvestre. Parece lógico, cierto? Pero no mucho. Sergio agrega: "Realmente no creo que aprendamos a respetar a los animales o la naturaleza, cuando los vemos atrás de las rejas, reducidos a una fracción de lo que representan los individuos de su especie. Creo que, más que una visita al zoológico, nos enseña que podemos someter, dominar y encarcelar a los animales ". Las muestras se toman de la naturaleza y están en cautiverio (o que ya nacieron allí) no corresponden a la realidad y, aún sabiendo sobre ésto, insistimos en la creación de espacios artificiales para tratar de reproducir un comportamiento, que sólo puede ser percibido en espacios naturales. "El zoológico no es un medio para conocer un animal en su esencia. Al menos que sea para estudiar las neurosis del cautiverio ", dijo la bióloga Marcela Godoy, profesora de la Universidad del Estado de Ponta Grossa. La mirada de una jirafa, que hizo parte del mismo ensayo (Oscar Ciutat) Si la intención es estudiar las neurosis del cautiverio, los zoológicos son buenos centros de investigación. Podemos comenzar con los pingüinos que toman antidepresivos en el Reino Unido y luego pasar a los elefantes , que viven menos de la mitad de lo que deberian vivir, debido al estrés y a la falta de ejercicio. Sobre el tema Marcela dice: "He tenido la oportunidad de visitar las áreas restringidas al público en los parques zoológicos. Estas áreas incluyen los animales que “sobran” o que, por conveniencia, no están aptos para la exhibición, o a los ojos del público, por estar enfermos; con trastornos muy graves, lesiones, o representan algún tipo de peligro; inclusive, cuando están presos". Algunos animales tienen comportamientos repetitivos y obsesivos, como los elefantes están asintiendo con la cabeza o pájaros que arrancan sus plumas. Además de úlceras, atrofia de tejidos, el aumento de las glándulas suprarrenales y una larga lista de problemas adicionales. En algunos casos, los animales son sacrificados em el zoo; inclusive, sin mostrar agresividad o enfermedad: mueren, sólo porque tienen la reserva genética equivocada. Este fué el caso de un zoológico de Dinamarca, que en el comienzo del año pasado, sacrificó una jirafa saludable, ya que carecía de los genes adecuados, para un programa de cría. Lobo con piel de cordero Por supuesto que, hay zoológicos que tratan en lo posible, reproducir las condiciones naturales del medio ambiente, para que los animales se sientan menos afectados. El problema es que, sólo eso no es suficiente. "Un zoológico puede mejorar las condiciones de exposición, sustituyendo las barras de hierro de las rejas, por zanjas; ampliando los recintos; la práctica del enriquecimiento ambiental, o tomar otras medidas. Esto causará una mejor impresión a los visitantes, pero para los animales el problema será el mismo. Siguen expuestos al público, sin la posibilidad de expresar gran parte de sus comportamientos naturales ", dice Sergio. A pesar de todos los problemas, la verdad debe ser dicha; algunos (y sólo algunos) zoológicos son importantes en la conservación y recuperación de especies. Ellos son el hogar de los animales en peligro de extinción, y se mantienen varios programas de mejoramiento, que incluyen, el congelamiento de células y la inseminación artificial. Una parcela también rescata a los animales que sufrieron maltrato en los circos y parques. Pero la exposición y el confinamiento son innecesarios. Marcela explica: "Los parques zoológicos que respeto, son los que cumplen su función reproductiva de las especies y la reintegración de los mismos en la naturaleza. Sin ser expuestos al público. Éstos, por desgracia, se puede contar con los dedos de la mano, cuántos hay em el Brasil ". En 2013, Costa Rica se dio cuenta de que era inútil continuar protegiendo la naturaleza, si ellos mismos, mantenian animales em cautiverio. El país, que concentra una de las biodiversidades más complejas del mundo, tomó una decisión radical: todos los zoológicos del estado fueron abolidos.
Aquí un rinoceronte, que también participa del ensayo (Oscar Ciutat)
Pero su curiosidad acerca del reino salvaje, no tiene que desaparecer , no. La tecnología está ahí para esto: documentales, videos, fotos . Ahora bien, si usted realmente quiere conocer de cerca , se puede visitar los parques con animales salvajes. La visibilidad será menor - y mucho más grande la adrenalina - pero también es posible ver la naturaleza, como ella realmente es; que es mucho mejor, que simplemente ver lo que no lo era. Si usted no está interesado , también no hay problema, ya que Marcela concluye: " La mejor contribución que los seres humanos pueden ofrecer los animales, es dejarlos en paz. "
Fuente: http://super.abril.com.br/ciencia/e-hora-de-parar-de-ir-ao-zoologico