La crueldad contra los animales, viene de paises grandes y desarrollados, que han dejado a través de la historia, marcas de sangre y sufrimiento, en millones de animales inocentes. Las jaulas también vienen de allá; ya que, el cautiverio fué inventado en el mundo llamado de más «civilizado». Estados Unidos es el país que tiene más chimpancés cautivos en el mundo, posiblemente, llegan a 2.000, a pesar de que, las muertes aumentan de forma alucinante.

En el inicio del siglo XXI, tuvimos la oportunidad de ver la fabricación de las primeras jaulas para chimpancés, los famosos domos de acero, en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Texas, que hasta aquel entonces, alojaba los chimpancés en recintos cercados de paredes, de 200 a 300 metros cuadrados, donde ellos podian por lo menos, correr y pisar en la gramilla. Cuando fué decidido – posiblemente por el NIH – Instituto Nacional de Salud Norteamericano(el principal financiador de las torturas con chimpancés, en experiencias biomédicas), libertar a los grandes primates de las torturas, la mayoría enfermos, enloquecidos y debilitados, a lo largo de los años, enjaulados en laboratorios, fué proyectada una jaula nueva, para mantenerlos con total seguridad, hasta que se mueran, lo que no iba a demorar mucho.

Aquellas super-jaulas, con la forma de domo, como las fotos que aquí enseñamos, son biológicamente inadecuadas al comportamiento de un chimpancé, sin embargo, para el NIH y los torturadores contratados, poco les importaba, lo que los chimpancés pensaban, si aceptaban que pensaban.

El chimpancé encerrado en esos domos, metálicos, arredondados, exhibidos totalmente, sin privacidad, en un espacio muy pequeño para ejercitarse, es practicamente, como si fuesen enterrados vivos.

Aquella idea genial y absurda de los torturadores de grandes primates Norteamericanos, no tuvo eco, más allá de sus fronteras, sólo aparecieron ahora, en un Zoológico particular Argentino, en la provincia austral de Río Negro; donde el chimpancé Toti, que fué sequestrado, con el sentido de evitar que fuese liberado para un Santuario Brasileño.

No existe el chimpancé que pueda vivir en aquellos domos, frios, crueles y expuestos, que consiga vivir por mucho tiempo. Era lo que calculaban los tratadores Norteamericanos. Cuando más rápidos se mueran, mejor; ya que, no son más útiles para nuestros objetivos económicos.

Toti, puede contar con la misma «suerte», aquellos que copiaron la jaula Norteamericana, no conocian – como todavía no conocen – lo que es un chimpancé. Sería más simple, colocar un ser humano en la misma situación y calcular cuánto tiempo demora en enloquecer, así como quedarse deprimido y morirse.

Sobre la conciencia de aquellos que condenaron a Toti a la muerte sin un juicio, siendo inocente,  caerá la responsabilidad por su muerte.

Dr Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional

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Imágenes de domos de acero (Google):