En el diluvio caido en los ultimos dias en la zona de Sorocaba, el Santuario de Grandes Primates tuvo su quota. Los lagos se llegaron al maximo y el agua corrió para el pequeño rio donde los mismos desaguan, que se terminó convirtiendo en un torrente ruidoso e intenso. En esse rio 13 años atras llevavamos al grupo de Guga, bebes en la época, para divertirse y nos enfrentavamos con un problema similar, la corriente podría arrastrar a aquellos pequeños chimpancés curiosos y audaces.

Hoy la vegetación creció, no tenemos más acceso facil al rio, sin embargo, todavia puedo llevar a Cesar, con dos años de edad, a la zona de bosque, donde sus padres jugaban. Cómo yo y un tratador, diariamente, llevavamos 5 chimpancés de 2 hasta 5 años de edad y regresabamos sin problemas, hoy no consigo explicarlo. Llevar a Cesar, con apenas 2 años, ya es una pequeña aventura, imaginen 5 Cesar e bien mayores.

Esta semana, en el medio del diluvio, decidí llevar a Cesar al bosque, de carro, y terminé, después de algunos minutos de esfuerzo, con Cesar atemorizado con el ruido del carro, que estaba metido en el medio del barro y no conseguia salir, hasta que decidi pedir ayuda.

Dejamos el carro y quedamos aguardando abajo de los arboles hasta la ayuda llegar. Llegaron Meire, que criou a Cesar, y Fabio, que es nuestro encargado de manteimiento. Cesar estaba encima de mis hombros, indeciso. Como es natural él tenía tres opciones: quedarse conmigo, que él considera su padre, ir con a Meire, que es casi su madre o ir con Fabio, que estaba con una cuerda entre las manos, para remover mi carro.

Salió corriendo y saltó en los brazos de Fabio, que era su alternativa mejor, para sacarlo a él de aquella situación desconocida y peligrosa, por la cual nunca había pasado.

La alternativa escogida por un bebe chimpancé no fue por los sentimientos, sino por la practicidad. El evaluó que Fabio era el único de los tres en condiciones de salvarlo de aquella adversidad, y así reaccionó.

Un bebe humano haría la misma cosa? Probablemente no, se dejaría llevar por sus sentimientos y no por la logica de la solución del problema.

Dr. Pedro A. Ynterian

Prsidente, Proyecto GAP Internacional