Cuando comenzamos el Santuario del GAP en Sorocaba 17 años atras, estabamos en un area rural, lejos del la civilización. Sin embargo, la misma ya avanzó agresivamente y actualmente nos rodea, convirtiendo al Santuario de Primates es una isla y refugio para decenas de especies amenazadas por la llamada «civilización».
Cuando ibamos con los chimpancés, todavia bebes, en el bosque, para nuestra excursión diaria, nuestra preocupación eran las serpientes y las arañas que podrían, en su inocencia, herirlos. De vez en cuando, nos encontramos con venados, capivaras (el mayor roedor del mundo) y erizos. Estos ultimos, subiendo en los arboles, donde los chimpancés también se encontraban jugando entre ellos, nos dieron algunos dolores de cabeza. La tendencia del chimpancé, por su curiosidad innata, era intentar agarrarlos y ahi eran clavados con las espinas del sistema defensivo de este singular animal.
E problema que tenemos ahora es que el desflorestamiento aumentó mucho, los pedazos de bosque son cada día menores, donde los animales se encuentran comprimidos y muchas vezes terminan siendo muertos estupidamente por los humanos. En el Santuario es prohibido matar o capturar animal silvestre (salvo para colocarlo en area lejos de los recintos), sin embargo, el equilibrio se está complicando porque hay mucho animal para un bosque no tan grande: medio millón de metros cuadrados.
La llegada de la Toyota, recientemente, desequilibró todavia más la situación, ya que esta empresa y sus asociadas, ocupan más de 1 millión de metros cuadrados y los animales que estaban allí – los sobrevivientes – están en nuestro territorio ahora.
Los erizos gustan mucho de mangos. Este año, por una posible combinación del calentamiento global, con la falta de lluvias, las decenas de arboles de mango, no dieron casi ningun fruto. Hay un arbol de mangos grande en el recinto de Catarina y Jango, que fue una excepticón y los erizos fueron allí a buscar su comida. Jango, segun parece, en su vida ya habia experimentdo ser clavado por espinas de un animal tan raro. Catarina, en su inocencia, fue a agarrarlo y sus manos se llenaron de espinas. Aquellas espinas penetran hondo y son dificiles para sacarlas.
Jango estaba angustiado al ver a su amada Catarina gemiendo de dolor y pidiendo ayuda. La Dra. Camila vino en su ayuda y le sacó algunas espinas, y cuando salía sangre Jango se quedaba todavia más angustiado. Sin embargo, el chimpancé aprende rapido, y Catarina, usando sus dientes como pinza, terminó arrancando las espinas que faltaban, hasta se librar de aquel tormento.
Pero días atrás la invasión de los erizos continuó y de nuevo otro entró en su recinto. Esta vez ella fue más habil, y con un gajo de un arbol, sin aproximarse mucho, lo consiguió hacer bajar del arbol, y lo espantó. Jango aterrorizado, observaba a su valiente compañera, librarse del peligro de aquel animal extraño.
Otros que han aprendido a respetar a los erizos son los perros, la mayoría ya sufrió en su piel, especialmente en el hocico, las espinas al intentar agarrarlos.
Ya estamos «vacunados», cuando escuchamos una griteria en los recintos de los chimpancés, posiblemente es un erizo invasor, siendo espantado del sector de alimentación, con todo tipo de recursos, inclusive frazadas.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
Imagenes del Santuario del GAP en Sorocaba – SP (Brasil)
1 – Erizo por la noche subiendo en los arboles; 2 – Erizo subido en un arbol de moras cerca de los recintos de los chimpancés; 3 – La veterinária Camila capturando un erizo; 4 – Erizo de regreso a su habitat.