La historia de un ex-cazador
publicado en 14 Dic 2010

“LOS “GOUÉ” SON VERDADERAMENTE HUMANOS”

Por Serge K. Soiret, corresponsal del GAP en Africa Occidental (Costa de Marfil)

Gnonsio Denis, de 79 años, es un “Guére”, um grupo étnico del Oeste de la Costa de Marfil. Abandonó su ciudad en 1966 para establecerse en el medio de la selva, especificamente al Sureste del Parque Nacional Taï – en la zona de Djouroutou – para cazar y contrabandear animales. Cazador conocido en la región, un tiempo se dedicó a cazar elefantes para vender el marfil. En 1986 tomó la decisión de abandonar esa actividad ilicita, y se envolvió en un trabajo de concientización de las generaciones jovenes en la preservación de los animales y su habitat.

Según su relato, la selva y los animales en la Costa de Marfil están desapareciendo rapida y mas intensamente que en la decada de los 80, cuando todavía se podían escuchar bandos de chimpancés gritando y haciendo algaraza en la selva cerca de la ciudad. Después de 20 anõs de actividades ilegales Gnonsio nos confiesa una revelación “el contrabandista de animales nunca lleva una vida feliz, es siempre un amargado”.

La familia de Gnonsio tiene una alianza con los “Goué”, como son llamados los chimpancés en su lengua nativa, como su padre le había contado. Siempre que se escuchaban chimpancés gritando en la selva, significaba que algo malo iba a suceder en la familia. En su familia, los chimpancés son considerados sus parientes, ya que anticipan los acontecimientos. Debido a esta relación especial, ellos ni matan ni comen chimpancés. Gnonsio tiene en su casa estatuas de chimpancés antes las cuales rezen los momentos dificiles de su vida y de su familia.

Según Gnonsio, los chimpancés eram hombres que vivían con ellos. La separación sucedió el dia que ellos se negaron a ser circuncidados. Ahí regresaron para la selva, donde decidieron refugiarse para siempre. Lidiando con la vida selvaje, ellos sufieron algunas transformaciones para ser mas animales, sin embargo, siempre mantuvieron el comportamiento humano, como cazar animales menores, quebrar nueces y usar herramientas sofisticadas.

Gnonsio nos cuenta una escena que sucedió frente a él, en sus dias de cazador. El presenció chimpancés realizando un funeral de un miembro del grupo: todos estaban alrededor del fallecido gritando y cortando ramas para colocar encima del cuerpo, hasta cubrirlo completamente. Después abandonaron el funeral en silencio. Sorprendido, él llegó a una conclusión, que ya martillaben su cerebro: “de que ellos son verdaderamente humanos”.