El Diario New York Times dió espacio a una materia de un defensor de las torturas a chimpancés, John L. VandeBERG, director del Southwest National Primate Research Center, un conocido centro de reprodución y tortura de chimpancés, que hipocritamente, reclama de que la prohibición del NIH – National Institute of Health (Instituto Nacional de Salud Norteamericano), de usar más chimpancés en investigaciones biomedicas, va a acabar con las vacunas que los propios primates necesitan.
Este señor, que representa una institución que ha enriquecido durante años y continua hasta hoy, cobrando a 56 dolares la diaria por chimpancés, para mantenerlos en sus instalaciones, cuando en nuestros Santuarios – bién mejor alimentados y tratados – cuesta menos de 10 dolares, usa una argumentación falsa, inventando posible y potenciales vacunas que pueden llegar a ser desarrolladas para proteger a los primates, como una razón para regresar a torturarlos en sus instalaciones y en las otras similares.
En ningun momento, en los ultimos más de 50 años de torturas de chimpancés, la investigación biomedica, financiada por el NIH, y realizada por todas estas instituciones, incluyendo a la Fuerza Aerea Norteamericana, que también ha torturado y matado decenas de chimpancés, fue dirigida para desarrollar vacunas para proteger a los grandes simios.
Si este señor y sus socios en los diversos centros de tortura, desean pagar una pequeña parte de la deuda que tienen con el asesinato y el sufrimiento de centenas de chimpancés en sus instalaciones, deberian investir parte de la inmensa riqueza acumulada, producto del financiamiento de los contribuyentes de impuestos norteamericanos, en proteger el habitat donde todavia sobreviven una infima población de chimpancés, gorilas y orangutanes, que a traves del mayor contacto con los humanos al perder los bosques, son diezmados por nuestras enfermedades para las cuales no tienen una inmunidad desarrollada.
El NIH reservó todavia 50 infelizes chimpancés de los 451 que el Gobierno es propietario, como una reserva estrategica, en caso de emergencia. Este torturador todavia tiene la falta de verguenza de reclamar que es muy poco para las investigaciones que están realizandose, que nunca en realidad consiguieron nada en absoluto de resultados positivos, si no producir dolor y sufrimiento, generando riqueza para estos asesinos de primates.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional