El Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, es habitado por 55 Chimpancés. De origen circense, tenemos más de 15 individuos. Si los observamos, podemos percibir la diferencia que existe entre ellos; producto de la vida a que fueron sometidos.
Tenemos 5 Chimpancés que nacieron y vivieron casi toda su vida, en uno de los circos más conocidos del Brasil, el extinto Circo García. Éstos cinco tienen una característica en común: son claustrófobicos al extremo. Bien diferente de la otra decena, que vinieron de otros circos.
El Circo García llegó a tener 26 Chimpancés en su colección de animales. En dos camiones semi-remolques, llenos de jaulas. Aquellos Chimpancés recorrian el Brasil y vivían años tras años, esperando la única oportunidad de salir de la prisión, cuando actuaban en el picadero; mientras eran muy jóvenes. Esos Chimpancés son profundamente claustrofóbicos.
Felipiño(Piño) y la Negra, son los más ancianos. Martín y Carioca(hermanos), nacieron de una copulación, a través de las rejas que los separaban. Bruna, también joven. vivió enclausurada desde pequeña y cuando fuimos a sacarla del remolque, ella no pasaba por la puerta y tuvieron que cortar los barrotes con una sierra.
Cuando Filipiño llegó al Santuario, quería destruir todas las puertas, poco a poco, percibió que las puertas en el Santuario estaban siempre abiertas; menos en aquellos minutos en que la área que ellos usaban, era lavada. Hoy Felipiño es otro Chimpancé, gentil y cariñoso con todos los tratadores y funcionarios del Santuario. La Negra es un caso extremo de claustrofobia. Ella nunca duerme en un lugar cerrado; ella sube al tope de la plataforma, en la parte externa de la casa y duerme allí. No importa que haga frío o esté lloviendo, se cubre con una manta; así pasa las noches y parte del día.
Martín es otro que no soporta las puertas cerradas y no intente encerrarlo en un cuarto, porqué él va a destruir la puerta; no se importa de lastimarse los brazos o las piernas. Carioca, su hermano, es otro caso de claustrofobia al extremo; duerme siempre afuera y sólo entra al comedor cuando no hay nadie, o alguién en quién él confía mucho. Entra y sale rápido, mirando para todos los lados.
Bruna, que vive con Carioca, es otro caso extremo. Sólo entra en el comedor cuando no hay nadie, con prisa, coge su comida y sale nuevamente. Nunca come en un lugar cerrado.
Los recintos de ellos, son los que menos trabajo dan a los tratadores, puesto que, la parte interna que es muy frecuentada por los otros Chimpancés, no precisa ser limpiada diariamente. En el supuesto caso, es muy poco usada por ellos y practicamente queda siempre abierto.
Todos ellos llevan para afuera sus comidas, revistas, mantas, etc.; para no correr el riesgo de volver a ser presos, entre cuatro paredes, que fué la realidad de sus vidas miserables; cuando eran explotados comercialmente.
La claustrofobia(transtorno de pánico), es una de las consecuencias más funestas, detectada en un Chimpancé que fué sometido desde temprano, a la vida en circos. Por suerte, hoy en el Brasil y en gran parte del mundo, la existencia de animales en circos es una práctica en extinción. Sin embargo, aquellos que la vivenciaron, todavía soportan el fantasma que los asombra diariamente; que cambia la naturaleza de disfrutar de la vida.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
Imágenes de otros chimpancés del Santuario de Grandes Primates de Sorocaba – SP (Brasil)