Derechos y deberes por los chimpancés
Biólogo brasileño implora por una ley que los iguale a los humanos: pueden acabar presos por el robo de una banana, pero no serán más ridicularizados en esclavitud.
MILAN – Del circo, para una especie de paraíso terrestre: éste es el destino de los chimpancés acogidos por Pedro Ynterian, biólogo brasileño, presidente del Proyecto de Grandes Primates, en su propiedad de familia, donde intenta recuperar los primates, provenientes de circos, ya sea en el plano físico, o en el plano psicológico. La historia de Ynterian, ya es conocida en todo el mundo. También la Reuters, destaca la reciente batalla del conservacionista brasileño y hace un resumen de sus últimas conquistas importantes.
GUGA SE SALVA DEL CIRCO – Todo comenzó con Guga. Era un bebe chimpancé que Pedro Ynterian salvó por primera vez de un circo. Fué en 1999. Él fué el primer huesped en su propiedad en Sorocaba, en un amplio terreno de su familia, donde el biólogo inicia la adopción de los provenientes de zoológicos. Con frecuencia llegan al Santuario de los Primates, animales que fueron maltratados física y mentalmente; los chimpancés llegaban perturbados; o por divertir a los humanos, o de alguna forma, acalmarlos. Los seres humanos, también llegaron a cegarlos. Ellos llegaron a Sorocaba para ser curados y sobretodo, amados. Un equipo de psicólogos trata de recuperarlos de los enormes daños causados en el plano psicológico. En 1994, nace en los Estados Unidos el Proyecto de Grandes Primates(Great Ape Project); en el 2000, Ynterian inaugura la sede brasileña. La guerra más reciente, emprendida por el conservacionista, es en prol de la guarda del chimpancé Jimmy; con el sentido de sacarlo del Zoológico de Niteroi(Río de Janeiro), donde vive en condiciones deshumanas. «La única diferencia es que no hablan» – enfatiza Pedro Ynterian – por lo restante ellos(los chimpancés), se comunican a través de gestos, de ruidos y de expresiones faciales. Hay necesidad de ver garantizados sus derechos a la vida y a la libertad, tal como los seres humanos.
ADEMÁS DEL SANTUARIO – El objetivo del biólogo brasileño, es mucho más ambicioso, de que sólo abrigarlos en Sorocaba. El conservacionista quiere extender los derechos legales también a los chimpancés, a los bonobos, a los gorilas y a los orangutanes; convicto de que una simple ley para la protección de los animales, no será suficiente para impedir la tortura u otras graves violaciones; o conservacionismo de Ynterian, concuerda con el pensamiento de Peter Singer y de Richard Ryder; conservacionista que por primera vez, instrumentó la definición de especista; hoy muy usada en las literaturas sobre los Derechos de los Animales. El término es utilizado, como explica Wikipedia «para describir la práctica discriminatoria dictada por la difundida convención antropocéntrica, que los seres humanos gozan de un status moral superior y que por lo tanto, deberan gozar de más derechos, con respecto a los otros animales». El fin último, es el de extender los derechos fundamentales de los hombres, también para los primates y con los derechos, también los deberes. Un champancé podrá llegar al punto de ser preso por robar una banana; sin embargo, ningún chimpancé antropoide será más maltrado, o ridicularizado en esclavitud; medida que los conduciría a la extinción.
LOS GOBIERNOS DE PAISES MÁS SENSIBLES – Muchas naciones ya están al frente, con respecto a las reivindicaciones sobre los derechos de los primates. El Brasil, prohibe el uso de los chimpancés y de otros animales, en circos; España, ha ofrecido un apoyo explícito al Proyecto de Grandes Primates; Gran Bretaña, ha garantizado para ésta especie animal, un status especial en los procedimientos científicos, resguardándolos de las pesquisas médicas y Nueva Zelandia, prohibe cualquier utilización en las pesquisas y en pruebas; al menos que, la investigación no venga a afectar el bienestar y el mejoramiento de su especie. La propuesta parlamentar, después de éste gran proyecto, es clara y explícita: incluye a los antropoides no humanos, en una comunidad de igualdad; concediendo a ellos, la protección moral y legal; de la cual gozan actualmente, sólos los seres humanos.
Emanuela Di Pasqua
Fuente: Corriere de la Sera (Itália) – 10 de agosto de 2010.