La aventura de Caco
publicado en 15 Sep 2015

El lunes 14 de Septiembre, fue un día inusual en el Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, Brasil. Eran las 11 dela mañana y un llamado de alerta nos avisó que Caco havia escapado. Colocamos en funcionamiento nuestro sistema de emergencia para esos casos, avisando a todos para se proteger, hasta que aquellos que tenían más intimidad con el chimpancé lo localizase.

Un pandemonio de gritos explotó en el Santuario, lo que es comun cuando algun chimpancé escapa y comienza a visitar a sus colegas en los recintos vecinos. Caco era una novedad para la mayoria, nunca habia escapado en 12 años y pocos lo conocian, ya que debido a su historial de enfermedad mental, vive con July y tiene un acceso a varios recintos junto a los lagos, donde la mayoria de los otros chimpancés solo tienen un escaso visual a distancia.

La teoria que existe es la siguiente: Parece que pescadores clandestinos estuvieron visitando nocturnamente los lagos, para lanzar redes de pesca y Caco debe haberlos visto. En ese día, dos funcionarios del Santuario, poco conocidos por él, estaban inspeccionando los lagos, ya que vamos a comenzar un trabajo de limpieza profunda de los mismos. Ahi decidió saltar el muro. Uno de los recintos de Caco tiene una inclinación acentuada, donde es posible agarrar impulso y correr, colocando uno de los pies en un hueco que él había abierto en los ladrillos, y consiguió saltar hasta llegar al final del muro. Cuando subió y salió para afuera, los funcionarios salieron corriendo, sin embargo, parece que el  los reconoció en ese momento, y no fue atras de ellos, sino comenzó a caminar, en vuelta de los recintos, hasta llegar a los de Peter y familia, Bongo y Billy.

Como es comun con los chimpancés cuando están bajo tensión, tanto en vida libre como en cautiverio, hacen ruidos para atemorizar a los que pueden estar en las cercanias. El fue por la parte de atras de los recintos, que tienen limites con el bosque, y comenzó a pelear por las ventanas con los residentes en aquellos locales. Como el bosque se cerraba y la recepción no había sido buena, decidió regresar por el mismo camino, hasta llegar al lago, donde entró en la orilla para beber agua. Más tarde regresó para el punto en que había escapado.

Allí me lo encontré, sentado junto al muro, sin respiración, mojado y bien irritado. Paré mi viejo carro Honda, que él ya conoce, y se quedó tranquilo. Le ofrecí entrar en el carro, pero él no se interesó, al final, cuando era muy joven andaba de Mercedes con su padre humano, por las calles de Curitiba donde vivia.

Me senté más cerca de él y lo observé. Se incorporó e intentó subir en el muro de vuelta para regresar a su recinto. July gritaba como una desesperada desde adentro, ya que la había dejado abandonada. Hablé con Caco, le dije que viniese conmigo, le mostré las llaves para conseguir entrar por el otro lado y me siguió. Estaba muy cerca de un infarto, en un momento lo tuve que agarrar de la mano para conducirlo. En el medio del camino se acostó en la hierba, , me quedé muy junto a el y di algunos masajes en su pecho. Lo convencí a continuar, se apoyaba a mi, y Caco es un chimpancé atletico y muy fuerte, casi no conseguia llevarlo. Llegamos a una puerta de entrada del recinto de Francis, donde Charles – muerto semanas antes – también vivia. Abri las puertas, más como él no sabia de la muerte de Charles tuvo miedo de entrar. Ahi vió la puerta del corredor para todos los recintos y lo llevé para allí.

Para entrar en el corredor, Sam y Rakker – los holandeses – ya lo estaban esperando con botellas y objetos para tirarselos encima. En este momento Caco reaccionó, mostró su valentia y entró para brigar si necesario fuese. Sam y Rakker estaban detras de rejas así que el peligro era minimo. Entró zapateando en el extenso corredor en dirección a la entrada de su recinto. Cerré por afuera y me quedé observando. Mientras tanto los tratadores cerraban la comunicación del recinto de donde escapó con el resto. Caco armó confusión en el corredor. En ese momento, apareció Francis y ahi él se calmó y comenzó a coquetear con ella. Francis estaba atemorizada, pero estaba protegida por las rejas. Ella gritaba y July también, que ya sabia que Caco estaba proximo de ella. Los chimpancés son muy escandalosos, como nosotros los humanos.

Despues de algunos minutos entré en el corredor y lo llevé para la entrada de su recinto. Quería agua, le dí y abri las puertas para su area para donde entró buscando a July.

Caco fue nuestra primera experiencia con chimpancés traumatizados en zoológicos. Ha sido nuestro caso más dramático. Cuando él llegó del Zoológico de Sorocaba, donde estuvo 6 años en exhibición a base de calmantes y tranquilizantes, se automutilaba terriblemente en las piernas, arrancando pedazos de las mismas. La recuperación era penosa, ya que las heridas se infeccionaban y cuando ya sanaban, él se hacía otra mutilación. Aconsejado por psiquiatras humanos, le comenzamos a dar Prozac – un antidepresivo – y lo prolongamos varios años. Al mismo tiempo lo colocamos en un recinto aislado del movimiento y de otros chimpancés, junto con July, que había llegado del Zoológico de Piracicaba, que lo temia pero al mismo tiempo desarrolló celos por él.

La ultima vez que yo habia entrado con Caco eran unos 11 años atras. No obstante, siempre mantuve una reacción intima con él a base de juegos y él fue cariñoso conmigo y se alegraba mucho al verme cada día.

Caco vivió una aventura inimaginable para él y para nosotros. Hizo un salto olímpico para conseguir superar un muro de más de 4 metros de altura y en ningun momento se hirió. Yo pensé que iba a tener un ataque cardiaco cuando estaba regresando junto con él. Era mucha emoción en poco tiempo y desafios desconocidos enfrente. En ningun momento fue agresivo conmigo, por el contrario, fue de una delicadeza extrema.

Caco regresó a la vida de chimpancé, dejó para atras los fantasmas que lo atormentaron en su cerebro persiguiendolo años atras de año, por la vida maldita en un Zoológico, exhibido para un publico ignorante, que se reia y burlaba de sus accesos de furia. Voltó a ser un chimpancé que nunca dejó de serlo en realidad, explosivo pero delicado, curioso pero conservador, jugueton con los que aprecia y rebelde contra los que él piensa intentan agredirlo.

Caco vió lo que muchos de nuestros chimpancés también ya vieron. En ese mundo cruel que está allá afuera, con tantos riesgos y enemigos acechando, es mejor quedarse en su casa y no desafiar el destino.

Dr. Pedro A. Ynterian

Presidentem Proyecto GAP Internacional