Desde la muerte de la trenadora Dawn Brancheau, en el Parque Seaworld, de Florida, por la ballena Tilikum, una polémica se há desatado sobre la seguridad en el trabajo de estos entrenadores de animales acuáticos.
A continuación del accidente, se prohibió la interacción en el agua de los entrenadores con las ballenas, sin embargo, como eso disminuyó mucho el espectáculo, poco a poco los entrenadores regresaron a nadar con las ballenas.
Ahora esta practica está definitivamente prohibida por una orden del Juez de Trabajo Federal Ken S. Welsch, que considera que el peligro que los entrenadores corren al quedarse en el agua, a merced de las ballenas, es muy grande y no puede ser permitido.
En su sentencia el Juez explica: “Una vez que el entrenador está en el agua con una ballena asesina que opta por un comportamiento indeseable, el entrenador está a merced del animal”, y añade “todos los procedimientos de emergencia, redes, señales abajo del agua y palmadas en la superficie son inútiles si la ballena decidió ignorarlos”.
Después de la muerte de la entrenadora el Departamento del Trabajo Norteamericano investigó durante 6 meses los espectáculos de ballenas en el Parque de Orlando y la seguridad de sus entrenadores. Como conclusión dió a conocer varias normas, barreras y penalidades, que eran necesario observar en los espectáculos. El Parque Seaworld no aceptó las puniciones.
En el mês de Junio el Juez concordó con las conclusiones de la investigación del Departamento de Trabajo, y prohibió que los entrenadores interaccionasen con las ballenas en el agua.
Lo drámatico de todo esto es que la preocupación se concentró en los entrenadores humanos, y poco o ninguna importância se dió a las ballenas. Como seres inteligentes y sensibles que son, vivir toda una vida em un tanque minusculo de agua, comparado com su tamaño, genera perturbaciones que pueden terminar en actos agresivos, como sucedió con la ballena Tilikum.
La única solución para estos casos, como en el Caso de los Circos con Animales, es prohibir los espectaculos con animales acuáticos, y libertar a los mismos en los oceanos, de donde nunca debían haber salido.
Dr. Pedro A. Ynterian.
Presidente, Proyecto GAP Internacional