ISLAS PARA CHIMPANCES Y SANTUARIOS EN EUROPA
publicado en 23 Oct 2008
En la actualidad nos encontramos en un momento complejo. En décadas anteriores llegaron a Europa grandes cantidades de primates procedentes del tráfico internacional con base en países africanos y asiáticos, un negocio que enriqueció a muchos y permitió saciar la curiosidad de millones de habitantes del viejo continente sobre lo que era un chimpancé, un gorila, un bonobo o un orangután.

Tras el chimpancé que hacia sonreír al público de un zoo o un circo se encontraba siempre una trágica historia. Estos seres, no solo sufrieron la súbita separación de sus madres cuando aun mamaban de sus pechos, sino que después fueron transportados en pésimas condiciones muy lejos de la selva que les vio nacer. En poco tiempo, el misterio y la belleza del bosque tropical se convertiría en un reducido habitáculo con un cacharro para beber, otro para comer y una vidriera  a través de la cual miles de ojos extraños, sustituyendo a los de su madre, le observarían hasta el ultimo movimiento, como orinaba, como defecaba o como copulaba, si tenia la suerte de que llegara a tener compañera algún día. En definitiva una intimidad forzosamente prostituida por algo de fruta y agua al día.

Miles de familias de estos increíbles seres casi humanos fueron destruidas para saciar la soberbia humana. Sin embargo, en la actualidad, gracias a las leyes internacionales y al desarrollo de CITES esta macabra industria del trapicheo de grandes primates parece haber tocado techo, al menos en los países del primer mundo y aunque aun siguen sucediendo casos, estos son perseguidos por la ley.

Los grandes primates no pueden entrar en Europa con toda impunidad como antaño, eso es cierto, pero ahora la cuestión es: ¿y salirω

La aprobación este año de la proposición no de ley en el parlamento español sobre los derechos de los grandes primates defendidos por el PGS puede tener que ver con la respuesta a esta cuestión.

Hoy en día a nadie se le ocurre la posibilidad de exhibir a una persona deforme durante una fiesta con un letrero que diga: «pasen y vean al bufón jorobado» para suscitar las risas de un público sin la educación pertinente. La evolución de la ética social convirtió este acto en amoral y ya hace tiempo que se dejó de practicar en la vieja Europa.
Cuando el gobierno se adhiera al PGS reconocerá una serie de derechos de los grandes primates. Este reconocimiento nos hará progresar en nuestro respeto y reconocimiento de nuestros compañeros evolutivos más cercanos. Lo cual nos convertirá indudablemente en mejores personas.

Sin embargo habrá que realizar un juicio de valor, llegado a este punto, sobre el significado profundo de esos derechos. Uno de ellos habla claramente sobre el derecho a la libertad. Solo se justifica que un gran primate este encerrado porque no sea capaz de valerse por si mismo y necesite de nuestra ayuda. En esta última aclaración entramos en el escabroso mundo de la valoración subjetiva. ¿Que quiere decir que un chimpancé no puede valerse por si mismoω,  ¿es que realmente un chimpancé cautivo no puede volver a saber ser libreω

La gran capacidad de readaptación de estos seres, debido a sus posibilidades cognitivas y a su instinto de supervivencia, pone en serio entredicho a estas cuestiones.

En la actualidad se están desarrollando diferentes proyectos de liberación de grandes primates en su medio natural africano o asiático. Recientemente un santuario de chimpancés en Guinea, perteneciente a PASA (Asociación de santuarios de grandes simios en África) ha liberado 15 chimpancés con resultados positivos en una selva cercana al centro de recuperación. De la misma forma el proyecto HELP Congo lleva reintroduciendo con éxito más de cuarenta chimpancés al estado salvaje desde hace años. También es necesario mencionar al Instituto Jane Goodall que está en los preparativos de una reintroducción a gran escala de una importante cantidad de los 143 chimpancés que se encuentran en el santuario de Tchimpounga en Congo. Llegados a este último proyecto es interesante de valorar la metodología que van a llevar a cabo para la habituación paulatina de estos chimpancés a la libertad. Unas inmensas islas de varios kilómetros de largo sitiadas en medio de un caudaloso río, pobladas de una densa vegetación boscosa, serán el escenario de su primera etapa hacia la libertad. Pasado un tiempo estos chimpancés serán transportados desde las islas hacia la selva abierta y profunda de Congo para su liberación definitiva.

Volviendo a todos esos grandes simios prisioneros en instalaciones más o menos buenas por toda Europa, es interesante valorar esta primera etapa de la reintroducción que nos habla de unas islas repletas de bosque. Allí los chimpancés estarán en semilibertad, sentirán la lluvia, el sol, la tierra húmeda bajo sus pies, el sonido de las hojas, el sabor de las frutas y plantas salvajes y la posibilidad de cambiar de lugar si quieren perder de vista a algún vecino desagradable. Al mismo tiempo no tendrán preocupaciones de depredadores naturales ni de cazadores furtivos. Todo esto sugiere una reflexión acerca de la posibilidad de darles la última oportunidad a todos esos chimpancés que sobreviven en Europa de volver a su África natal, aunque sea a unas islas.

Las mejores instalaciones de Europa para primates no dejan de ser unos recintos cerrados; del patio al dormitorio, del dormitorio al patio, del patio al dormitorio,….algo que nos recuerda mucho a las claustrofóbicas cárceles para humanos. A los grandes primates en sus instalaciones se les entretiene con un poco de vegetación por aquí, unas plataformas de madera por allá, un tobogán por el otro lado………, en las prisiones los reclusos intentan pasar el tiempo con una baraja de cartas, una televisión, una cancha de baloncesto, pero al final todos están encerrados, los primates y las personas, todos añoran la libertad, solo con la diferencia de que los primates no son culpables de nada.

La opción de trasladar todos estos chimpancés a islas frondosas en África puede parecer excesivamente cara y logísticamente compleja, pero si realmente creemos que les debemos algo, que estamos realmente arrepentidos de haber masacrado a sus familias y haberles robado la libertad, debemos cogerles de la mano y llevarlos de vuelta a su casa, que no es otra que la selva. Puede que algunos crean que es soñar demasiado, pero hubo un día que los sueños de los bufones deformes dejaron de serlo y su realidad cambio profundamente.

No hay esperanza sin sueños, no hay evolución sin esperanza.

Fernando Turmo
PGS África