La muerte de Dar despertó viejos pensamientos en mi mente. Washoe (su madre) fue uno de los primeros casos de amor que los chimpancés me provocaron. Eso en los años 90, cuando compré el libro “Nuestro Pariente más Proximo” – uno de los responsables por la decisión que hice en mi vida: entender, defender y luchar por los animales no humanos.
En la misma semana que Dar murió, assistí al documental “Proyecto Nim”, producido por la BBC y exhibido por la HBO, que relata la historia de Nim, el chimpancé que en los años 70 fue el foco de un experimento pionero que intentaba probar que sería posible aprender a se comunicar caso fuese criado como un bebe humano. La tentativa de convertir un chimpancé en humano lleva a una interrogación: por qué vemos los otros animales como seres inferiores al ponto de intentar humanizarlos para tener respeto por ellos?
Es avasalladora la visión antropocentrica en relación a todo y a todos. Somos prepotentes en juzgar que somos superiores y más importantes que los demás seres! Tratamos incluso los chimpancés, nuestros hermanos evolutivos, como seres totalmente inferiores, al punto de mantenerlos encerrados en zoológicos ridículos, por ejemplo. No importa que ellos demuestren actitudes “humanas” (amor, cariño, miedo, celos, afinidad, etc.), parece que no se quiere admitir que ellos también son seres racionales, inteligentes, con sentimientos.
Hablando específicamente del aprendizaje del idioma de las señales, percibo que hay una dualidad. Primero, queriendo mostrar que ellos pueden aprender y se comunicar como nosotros y entre ellos – hecho que es consumado por el propio Nim, como Washoe y sus descendientes. Y lo segundo, insistir en rechazar esa aceptación, diciendo que es algo limitado entre ellos.
Que sea limitado o no. Percibase que solo se admiten inteligencia y sentimiento si los chimpancés manifestasen características humanas! Quien dice que se debe ser “totalmente humano” para ser considerado dotado de inteligencia y sentimiento? Más una incoherencia de la especie humana, que vive se matando en guerras y luchas para defender seudo-libertades y derechos, pero que no consiguen mirar para sus propios parientes evolutivos.
Otro aspecto a ser discutido es la privación del contacto de los primates con sus semejantes de la misma especie. Sería válido mantenerlos aislados para se probar algo que muchos jamás lo reconocerán?
Es interesante que se muestre que ellos consiguen comprender y se comunicar a través de la lenguaje de las señales. Pero cuál es el valor real de esto? Que la comunicación existe entre ellos y entre nosotros, no hay dudas. Si por gestos, sonidos, una mirada o hasta en la lenguaje especifica. El hecho es que no basta existir tantos argumentos, si la visión humana insiste en no observarlos. Mientras que los juzguemos como seres inferiores, tales proezas de nada valdrán. Debemos tener la mente y el corazón abiertos para comprender y aceptar los hechos.
El concepto de la evolución en si es algo totalmente relativo. Cognitivamente hasta podemos estar en la cumbre de la evolución, al final hablamos varios idiomas, escribimos, leemos. Más si comparamos la capacidad reproductiva de una bacteria, por ejemplo, somos seres totalmente inferiores. Mismo siendo “la especie humana”. Bacterias consiguen se reproducir, por ejemplo, a cada 20 minutos, aumentando significativamente su población (generando casos de infección). Un ejemplo extremo, pero que sirve para que analizemos nuestra arrogancia y percibamos que no somos todo eso que creemos que somos.
Así, seriamos la cumbre evolutiva de todo sentimiento? O mejor seriamos los únicos dotados de sentimientos y dignos de respeto por cuenta de esta “humanidad”? En pleno siglo XXI está más que en la hora que re-evaluemos nuestra superioridad y respetemos todos los seres vivientes de este Planeta, que es el hogar de todos. Y más do que nunca, pasemos a aceptar que somos apenas más una especie inserida en la Tierra, y que debemos luchar por el equilibrio de todo el sistema. Usemos nuestra racionalidad en pro de todos y no apenas de nuestro egoísmo.
MSc. Luiz Fernando Leal Padulla
Biólogo