LA CODICIA HUMANA

Tanto los orangutanes como los chimpancés y gorilas, que se cuentan hoy por millares, cuando años atrás eran millones, en una generación no existirán mas en vida libre y son un ejemplo de la sobrevivencia ante la codicia humana.

En la medida que los humanos penetran en sus tierras, ellos se van retirando para los lugares más reconditos e inhospitos, a fin de conseguir sobrevivir y no ser cazados sin misericordia. Los pocos millares de bonobos que sobreviven al sur del Rio Congo, en una región pantanosa, saben que esa es su última frontera de existencia. Cuando los humanos lleguen allí, el futuro habrá terminado para ellos, y eso no demora mucho. Allí hay oro, minerales y madera valiosa que aumentan la codicia humana.

En un trabajo reciente de un grupo de cientificos lidereados por Herman Pontzer, de la Universidad de Washington, en S. Louis, Missouri, publicado en la revista PNAS, estudió la orina de orangutanes que sobreviven en una selva deteriorada en la Indonesia. La conclusión que llegaron es que ellos se quedan en lo alto de los arboles, saltan de rama en rama, gastan poca energia y consumen la poca comida disponible.

El trabajo reconoce que aquellos orangutanes sometidos a una agresión en su habitat, se adaptan a vivir con poco alimento y poco movimiento, para ahorrar energia. Ellos concluyeron que es un consuelo, no importa la tragedia que representa. Sin embargo, Pontzer es critico y pesimista, cuando termina su trabajo con el siguiente comentario: “Si causamos la extinción de esa especie, tendremos una vergüenza adicional, sabiendo ahora que se trata de un individuo que evolucionó para ser un sobreviviente en condiciones naturales difíciles”.

Dr. Pedro A Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional

Fuente: Diario folha de S. Paulo del 03/08/2010