Tras las inundaciones ocurridas por el desbordamiento del arroyo Ojo Negro que atraviesa las instalaciones del Zoo de Santillana (Cantabria) en la pasada madrugada del martes ante el temporal que azotaba la zona norte de España, muchas de las instalaciones del citado zoo se vieron inundadas con el peligro de ahogamiento de muchas especies que se subieron a lo más alto para evitar morir ahogadas. Según declaración de los propios dueños, “muchos de los primates fueron trasladados a zonas de cuarentena, añadiendo que los grandes primates seguían corriendo grave peligro”, por lo que la situación fue desesperante mientras subía el nivel del agua.
Para Proyecto Gran Simio, ha sido un milagro que ahora no estemos hablando de muertes de seres vivos ya que no es la primera vez en la que el arroyo se desborda ni será la última debido a la inestabilidad del tiempo ocasionada por el cambio climático. Además, el arroyo atraviesa el zoo, es un cauce natural y lo que no puede hacerse es construir instalaciones en zonas inundables. La ONG añade que el zoo debe tener planes de evacuación inmediata y estar preparados ante cualquier emergencia y máxime cuando se había decretado la alerta por temporal y se debería haber estado atento dentro del zoo de las posibles consecuencias que pudieran afectar a las instalaciones.
Por otro lado, esta Organización solicita a los responsables del Zoo y al Gobierno de Cantabria, que se trasladen las instalaciones de los orangutanes que han estado a punto de morir ahogados, a una zona más alta, segura y no inundable. Se debe poner atención inmediata a como se encuentran ahora los mismos, porque según fotografías publicadas por el Diario Montañés, se ve a un orangután, sentado en un suelo de lodo y sucio y con una manta posiblemente húmeda. Ellos, al igual que el resto de los seres vivos cautivos, son seres sintientes y sufren ante situaciones de este tipo. Pasan frío como nosotros y no pueden seguir en un habitáculo húmedo donde pueden sufrir enfermedades o neumonías graves.
De igual forma, Proyecto Gran Simio solicita al Gobierno de Cantabria una inspección inmediata de las instalaciones y del estado los animales, para ver cómo se encuentran y si corren algún riesgo ante posibles temporales que puedan llegar ante la crudeza del invierno.
“Lo ocurrido podría haberse evitado y máximo cuando ya han existido otras inundaciones del mismo arroyo. No se pueden tener instalaciones en zonas inundables y no tener una respuesta rápida para realizar una evacuación. El zoo debe estar preparado para este tipo de emergencias, tanto por inundaciones como por incendios o huidas” declara Pedro Pozas Terrados, director Ejecutivo de Proyecto Gran Simio.
“Tampoco se puede echar la culpa a otros organismos como ha hecho el responsable del zoo ante medios de comunicación (“Si se me mueren a mí ahogados por culpa del gobierno regional y la confederación hidrográfica…)
cuando no se han cumplido los requisitos de seguridad pertinentes que son exclusivos de los dueños del zoo. Existe una Ley de zoológicos, pero es muy vaga y se necesita un Reglamento exhaustivo de la ley donde la seguridad y el bienestar de los cautivos deben primar ante el negocio” añade Pozas.
Desde Proyecto Gran Simio esperamos que el Gobierno de Cantabria efectúe la inspección, tome las medidas necesarias ante animales en malas condiciones, comprueben que las instalaciones de los orangutanes estén limpias y calientes y obliguen al zoo a trasladar de inmediato esas instalaciones a zona no inundable.
Para Pozas es además necesario, “que tanto la ley nacional de bienestar animal con su Reglamento como la Ley de grandes simios, puedan ser aprobadas”, un trabajo en el que la Dirección General de Derechos de los Animales, dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, está trabajando intensamente para evitar estas situaciones.